Mafumafu movía sus dedos con nervios, se mordía el labio con insistencia y sentía su corazón acelerarse.
Alzó su vista y buscó a Soraru, lo vio del otro lado de la ventana de aquel café, el pelinegro alzó sus pulgares para preguntar si estaba todo bien, con lo que Mafumafu negó ligeramente, Soraru rodó los ojos y sonrió ampliamente, tocando sus mejillas, indicándole al peliblanco que hiciera lo mismo.
Mafumafu sonrió de forma forzada y Soraru hizo una expresión de "Está excelente" mientras hacía un gesto de "Ok" con su mano.
Mafumafu pensó que estaba haciendo el ridículo y rio con honestidad.
Ese día tenía una cita, después de cagarla ya cuatro veces en los últimos meses, Soraru le había dicho que se tome un tiempo y volviera a intentarlo de nuevo.
Así que era la primera cita que tenía en semanas.
Y su cita estaba llegando tarde.
Soraru señaló hacia la puerta, haciendo gestos raros, para indicarle que ya venía, de inmediato, Mafumafu volvió a ponerse totalmente rojo y sintió que el aire le faltaba, al mismo tiempo que la puerta se abría y entraba, la chica le dedicaba una sonrisa vergonzosa, la mirada de Mafumafu no pudo evitar ir hacia sus piernas, expuestas por la minifalda que llevaba, sus tacones sonaron cuando se fue acercando a la mesa.
— Disculpa mucho la tardanza —la chica hizo una reverencia—. Tuve un problema con mi gata.
— Oh, no llevo mucho tiempo aquí tampoco, no hay problema —dijo Mafumafu con su mejor sonrisa—. ¿Qué le pasó a tu gatita?
Con eso dio comienzo a una charla amena y que iba muy bien, Soraru los veía hablar, sonreír, reír por los chistes tontos y suspiró de alivio, con una mano en el corazón, creía que finalmente Mafumafu estaba consiguiendo algo con alguien más, por más que le dolía dejarlo ir, él lo merecía, por eso lo estaba ayudando en todo eso.
Habrán sido dos minutos en los cuales no lo vio y lo dejó para que siga sólo, y no sabe qué podría haber hecho para cagarla tan rápido pero tal como entró, la chica salió del lugar.
Al verla se volteó de nuevo hacia Mafumafu, abrió sus brazos hacia él.
— ¿Qué verga, Mafu?
Mafumafu asintió avergonzado, pagó y salió rápidamente de allí de nuevo, yendo hacia Soraru, con un mohín.
— Hablé de ti —murmuró.
Soraru suspiró de forma pesada, y rodó los ojos.
— ¡Mafumafu! ¿Otra vez? ¿Qué te digo siempre?
— Que no se mencionan a los ex en las citas con alguien nuevo.
— Nunca, Mafumafu, nunca.
Mafumafu asintió.
— Venga, pasamos por el parque para tu algodón de azúcar de consolación y a casa.
Mafumafu sonrió.
Soraru pasó un brazo sobre sus hombros y comenzaron a caminar a la par en silencio cómodo, hasta el parque, donde pararon por su algodón de azúcar y continuaron el último tramo con un Mafumafu comiendo una "porquería azucarada" según Soraru.
Tirado en el sillón de la sala, mirando el techo, Mafumafu volvió a preguntar lo mismo que otras veces:
— ¿Y si no estoy hecho para el amor?
— Mafumafu, a mí me amaste bien, y nos fue muy bien, ¿por qué no podrías hacerlo de nuevo?
— Porque no eres tú, ¿quizás?
Soraru rodó los ojos, y siguió comiendo del cereal con yogurt que se había preparado durante la depresión de su ex novio.
— Soraru, ¿quieres volver conmigo?
Soraru en verdad quería.
— No, Mafumafu —respondió automáticamente y con desinterés—. Busca a alguien más, hay mucha gente dispuesta a estar con un chico tan bonito y maravilloso como tú.
Mafumafu sonrió con mera vergüenza.
Él siempre le preguntaba a Soraru si quería volver, pero el mayor siempre respondía que no, y por más que sabía el por qué, le dolía igual.
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❥➼ Esto es una adaptación, lo que significa que la obra no es mía, yo solo me encargo de sustituir los nombres y detalles para conveniencia del fanfic.
❥➼ Tengo el completo permiso de la autora original para realizar esta adaptación. Todos los créditos de la obra original:
