Ghost of you ✧ SoraMafu

💐 Nueve

— ¡Feliz Cumpleaños, Mafu!

La casa se llenó de aplausos y victores, Mafumafu sonrió complacido, mientras su amigo Eve lanzaba confeti sobre él, Sou sacaba fotos y Urata le gritaba al mayor por intoxicar su pastel perfecto con papeles de colores inmundos, Amatsuki reía por tanto caos y tanto griterío, a pesar que eran ellos cuatro de invitados, cinco con Mafumafu.

Seis con Soraru.

— Mafumafu, tengo tu primer regalo en tus veinticuatro años —murmuró Amatsuki cerca de su oído, se apartó para ver su rostro y sonreírle de forma encantadora al peliblanco más bajo, quien lo miró con ojos expectantes.

El menor sólo tomó sus mejillas y unió sus labios.

Eve gritó como colegiala, Sou alzó las cejas mientras sacaba fotos de eso también, y Urata comenzó a decir que dejara al niño en paz, que era momento de comer pastel y no de comerse la boca.

Soraru bajó la vista y la mantuvo en sus pies hasta que supo que el beso se había acabado, lo primero que hizo Mafumafu fue mirar hacia él, con temor de que Soraru estuviera herido por aquello.

El pelinegro negó, sonrió de forma honesta.

— Es el indicado —dijo, y Mafumafu pudo escucharlo perfectamente a pesar de que estaba al otro lado de la cocina.

Pasaron unos minutos luego del festejo de la canción de cumpleaños, en donde los cuatro se sentaron a esperar en los sillones de la sala a que Mafumafu terminara de cortar el pastel

— ¿Alguno habló con Sakata? – preguntó Sou, con lo que los otros negaron.

— No volví a hablar con él desde lo de Soraru —dijo Eve, directamente.

— Shhh —le calló Urata—. Mafumafu se la está pasando muy bien y ahora tenemos a este chico para distraerlo, no arruinen esta noche —palmeó el muslo de Amatsuki, se sorprendió por lo duro que estaba—. ¿Cuánto ejercitas? —preguntó.

Amatsuki se había quedado con lo anterior, así que frunció el ceño, algo ofendido por ser considerado una "distracción", no sentía ser eso.

—¿Qué?

— Oh, no, no —Eve negó, agitando su mano —. No te lo tomes personal – añadió, sonriendo—. Es que... Mafumafu ha estado muy mal al respecto y como no estarlo... Después de un año, pero, al menos te tiene a ti ahora, no sé que sean, pero hacen una linda pareja, le hace bien tener a alguien así de nuevo.

Amatsuki se detuvo unos segundos a pensar pero terminó negando.

— La verdad, no estoy entendiendo, ¿Quién es Soraru? ¿Qué pasó?

Escucharon un plato caer y se volvieron con miedo hacia Mafumafu, sabiendo que había escuchado.

El peliblanco levantó el plato con las manos temblorosas, rió de forma nerviosa y dijo un "Está bien, no pasó nada, no se rompió", antes de limpiarlo un poco y dejarlo en la mesa para acomodar una porción de pastel sobre este.

Sintió a Soraru abrazarlo por la espalda y se obligó a respirar mientras unas lágrimas amenazaban con caer, el pelinegro ajustó el abrazo, haciendo que Mafumafu se tranquilizara un poco más.

— ¿Mafumafu? —alzó la vista hacia Amatsuki, quien estaba a un metro de él, con expresión preocupada—. Lo siento, ¿Estás bien?

Mafumafu asintió sin más.

— Soraru es mi ex novio —dijo, hablando para Amatsuki pero sin mirarlo directamente—. Hace un año, vivíamos en un edificio de departamentos, era mi cumpleaños, y estaba Sakata, quién en algún momento fue mi amigo pero estábamos muy alejados para entonces... Mi cumpleaños fue una excusa para que no se encerrara en lo de sus padres por una noche.

» Él tiene una depresión muy severa, y estaba en un mal día, así que lo estábamos ignorando y en un momento de la fiesta, desapareció, había ido hasta la azotea, en el último piso, eran un total de diez, planeando lo que crees que estaba planeado.

>> Soraru fue el primero en darse cuenta y fue corriendo desde nuestro piso, el seis, hasta la azotea, llegó apenas segundos antes que yo, había ido por el ascensor.

» Sakata había querido tirarse, Soraru lo salvó, pero terminó cayendo él... Y cuando llegué fue solo para ver lo peor.

Su voz estaba dura y sus mejillas estaban empapadas, en la sala, Sou, Urata y Eve discutían en lo bajo que deberían haberle contado a Amatsuki antes de venir para evitar darle un mal rato a Mafumafu, y que eran todos unos estúpidos.

Amatsuki tomó un par de servilletas y se acercó a Mafumafu con delicadeza, limpió sus lágrimas con suavidad, mientras su otra mano se posaba en su brazo y dejaba leves caricias.

— Mafumafu, lo siento muchísimo —dijo, haciendo que Mafumafu llorara un poco más con esas disculpas, que venían siempre que salía el tema —. Estoy seguro de que Soraru te ama, donde sea que esté, y te cuida con todo el corazón, tienes un ángel para ti ahora, estás más que bien y protegido —acaricia sus mejillas y Mafumafu sonrió mínimamente.

Amatsuki dejó un beso en su frente.

—Tienes a muchos que pueden acompañarte si te sientes sólo, ¿Lo sabes no? —Mafumafu asintió—. Bien, que no se te olvide, ahora me tienes a mí —también lo abrazo y Mafumafu se dejó esconder en su pecho, abrazando su cintura.

Soraru sonrió y se sintió un poco mal por dentro, pero estaba feliz que de su Mafumafu, pudiera ser feliz con alguien, alguien que estaba vivo y podía vivir con él.

Se acercó en silencio, colocando una mano en el hombro de Amatsuki, haciendo que un escalofrío lo recorriera.

— Le rompes el corazón y te atormentaré el resto de tu vida —susurró en su oído, y los ojos de Amatsuki se abrieron ampliamente.