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El destino quiso que viajaran en el mismo vuelo, un asiento pegado al otro.

  Jeon Jungkook iba bastante relajado, pero Park Jimin iba todo lo opuesto, leía un libro de poesía que mantenía sobre su regazo pero Jungkook observaba que él no pasaba las páginas.
 Recordaban haberse visto en el check-in del aeropuerto. A Jungkook lo despedía un hombre jóven y apuesto de hombros anchos, su presencia era imponente pero su rostro emanaba dulzura. A Jimin, un matrimonio que aparentaba ser común y corriente, bastante humildes. El caso es que tomaron el avión que los llevaba a Seúl e iban sentados uno al lado del otro.

- Ese poema - dijo Jungkook, para romper el hielo - es muy bonito. - y con la cabeza hizó ademán a la página.
 
Jimin (minnie para sus amigos) lo miró de reojo, no le gustaba hablar con extraños, además el realmente le tenía fobia a los aviones.
Eran dos críos todavía, quizá ninguno de los dos pasaba de los 16 años. Aquella salida de sus hogares no iba a ser la única: ambos lo sabían de seguro.

-No estoy prestando atención al poema- dijo Jimin- lo miro para distraerme.
- ¿es la primera vez?
- ¿la qué?
- que viajas sólo.
- voy a un colegio de Seúl, Mi padre dice que es importante aprender idiomas y  potenciar mi aprendizaje.
- y, de paso, estudiarás el bachillerato.
- Supongo.
- igual que yo.
 
Jimin hizo un gesto vago.
- No me gusta viajar en avión, y menos aún  irme de casa a una ciudad que no conozco. - siguió hablando Jungkook - Yo  no tengo padres, ¿sabes? Sólo un  hermano, que me quiere mucho y lo adoro. Tenemos una gestoría que nuestro padre nos dejó al morir. Mi hermano está a cargo de ella
ahora, su esposa lo ayuda. Supongo que cuando termine mis estudios, seguiré sus pasos y mantendré el legado familiar de la
empresa.
 
Jimin se aferraba cada vez más al posa brazos del asiento. Y si bien escuchaba hablar a su vecino de viaje, apenas podía darle atención y seguirle el hilo.
 
Jungkook que no le tenía miedo al avión, le dijo:
- Vamos, no tienes por que estar asustado.
Jimin asintió com desconfianza.
- No ocurre nada, y si pasara algo, sería todo tan fugaz que no nos daría tiempo asimilarlo.
- Y eso te conforma?- respondió Jimin con un tono irónico.
Jungkook alzó sus hombros en respuesta - No sabes lo que dices - finalizó Jimin para enfocar su vista en su libro.

- No te he dicho como es mi nombre
- Descuida, tampoco lo he preguntado.
- Te lo diré de todos modos, por si nos encontramos en Seúl, mi nombre es Jeon Jungkook.

Una hora les esperaba de viaje, era mejor entretenerse para no desatar un ataque de pánico a miles de metros alejados del tan preciado suelo. 
Jimin después de considerarlo unos minutos respondió
- El mío el Park, Jimin pero mis amigos me dicen minnie. -
- ¿De Busán?
- Sí, cómo lo sabes?
- Se nota tu acento.
- ¡uhg!
- A mí me gusta la gente de Busán, es calida y confiable.
- Gracias
- No es un halago
- Entonces, por qué lo dices?
- Por que tengo amigos allí y me caen muy bien.
- Aún así, gracias.
- Deberías relajarte, te lo aseguro nada pasará, además mira cuanta gente se accidenta en autos y no hace caso.
- ¿Siempre eres así de conformista?
- No lo sé, eres la primera persona que me lo dice, solo soy yo y yá.

Jimin permaneció en silencio a lo que Jungkook continuó hablando - Yo no he tenido padres. Fallecieron repentinamente, seguro tus padres son muy buenos.
- Sí, lo son.
- Que suerte la tuya.
 
Está vez era Jungkook quién se quedó en silencio, al rato Jimin dijo:
- Me gustaría ser mayor, para poder fumar y tomar.
- ¿No habías dicho que no tenías miedo?
- Sólo estoy un poco nervioso, también es mi primer viaje en avión. Ojalá pudieramos estudiar juntos en Seúl.

Jimin no estaba seguro de decirle o no a qué colegio iba. La azafata pasó ofreciéndoles algo de beber, Jungkook pidió un refresco y Jimin un agua.
  Poco después se escuchó a la azafata anunciar que se abrocharan por favor los cinturones de seguridad, ya que en unos minutos aterrizarían.
- Yo no me lo he quitado en todo el viaje - dijo Jimin algo confuso.
-¿Te espera alguien al llegar?
- Sí.
- Genial, a mí igual.
 
Jimin no preguntó quién, con la ansiedad y el miedo que estaba sintiendo no podía pensar con claridad. El avión aterrizó, ambos descendieron y se dijeron adiós sin saber cuando volverían a verse...


 

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