Capitulo III: El comienzo de todo

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12 de febrero

Desde el comienzo de la humanidad, ha existido una disparidad entre las personas. En los tiempos paleolíticos, los seres humanos luchaban por su supervivencia día a día; otras especies siendo sus competidores. Sin embargo, también existía cierta rivalidad entre los de su misma especie; al final todo se trataba de la supervivencia del más apto. A pesar de que ha pasado mucho tiempo desde entonces, algunas cosas siguen igual y posiblemente nunca cambien.

En la actualidad, para sobrevivir tienes que seguir lo que la sociedad dice y si no lo haces, pues, cometes un suicidio social. La individualidad no es aceptada y llegar hasta la cima de la cadena alimenticia es la meta final. En otras palabras, tienes que seguir las tendencias de moda, tener un círculo social grande que sea equivalente al número de seguidores en tus redes sociales; las chicas tienen que tener un cuerpo de reloj de arena y los chicos tienen que mirarse como si fueron esculpidos por los dioses.

Las personas que no se someten a las ridículas reglas de la sociedad son como un soplo de aire fresco.

-Espero que el profe no nos haga correr mucho hoy, no quiero arruinar mi peinado- Esme comento tocándose su cabello, el cual lo traía recogido en una trenza que se extendía a lo largo de su cabeza creando la ilusión de una diadema.

-Yo espero no terminar como panda- Cuando estaba maquillándome note que se me había acabado mi delineador a prueba de agua y tuve que ponerme uno regular.

-Con tal no vomite, estaré bien- Enunció Vanessa. ¿A quién se le ocurrió poner la clase de educación física después del almuerzo?

Entramos al vestuario de las chicas y empezamos a buscar casilleros disponibles para poner nuestras mochilas. La mayoría de las chicas ya se habían cambiado y estaban en el gimnasio del instituto esperando a que inicie la clase. Una vez que guardamos nuestras cosas, nos empezamos a cambiar a ropa deportiva. Me estaba atando los cordones de mis tenis cuando Pilar y Mia entraron.

-Ah, las raras están aquí- Levante la vista y mire a Pilar hacer una mueca de burla.

-No empieces- Vanessa le advirtió.

Pilar y Mia son primas, provienen de familias muy influyentes y poderosas del país. Han sido odiosas desde que tengo memoria, miden tu valor como persona tomando en consideración tu apariencia física, contactos y status económico y social. A pesar de ser detestables, ambas tienen una belleza exorbitante. El cabello pelirrojo de Pilar es rizado y le llega hasta el pecho; sus ojos verdes son grandes como las montañas repletas de naturaleza. Sus mejillas tienen un rubor permanente haciéndola parecer delicada y gentil, pero no escuches su canto de sirena ese es su juego. En el momento en que menos te lo esperes te lanza un hechizo. Mia tiene pelo castaño claro que le llega hasta sus caderas y ojos del color del mar. Con labios carnosos de color cereza; pecas adornan su cara haciéndola parecer como si acabase de salir de un cuento de hadas. Las chicas que están enfrente de mí son altas en estatura y portan un aire imperial.

-¿Empezar qué? Pilar solo dijo la verdad- Expresó Mia colocando su bolsa estilo Tote de marca dentro de un casillero porque según las primas, las mochilas son para plebeyos.

-Para insultarnos, primero debemos valorar tu opinión lo cual no hacemos- Esme la quedó mirando seriamente.

-Me da risa que caminen por los pasillos como si fueran las personas más interesantes del instituto- Pilar ignoró a Esme y siguió atacándonos verbalmente.

-Así que nos prestas atención- Dije en voz alta.

-¿Prestarles atención a ustedes? No me hagas reír, ¿Por qué me importaría una que parece atrapada en el pasado con esos peinados anticuados que se hace, otra que parece una tabla de lo plana que es y una miedosa que no habla?- Pilar me quedo mirando por un breve momento y siguió cambiándose.

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