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❝Conexión❞


Aquella mano sujetaba con delicadeza y dulzura mi mano, intentando guiarme a un lugar. El chico de cabello rubio se fijaba muy bien por los pasillos de la torre que lo hubiera ningún superior, pues de lo contrario si nos descubrían podrían castigarnos de la peor forma por no estar en nuestros dormitorios, y no queríamos eso.

—Dylan debemos irnos a nuestros dormitorios. —Murmure asustada siendo abrumada por el miedo a ser descubierta, sinceramente la adrenalina me disgustaba y en ese momento sentía mucha adrenalina.

Nos envolvíamos en aquella oscuridad, la cual me aterraba bastante, pues tenía miedo de que entre las sombras de alguno de estos pasillos saliera uno de nuestros superiores a regañarnos y mandarnos directo a dormir con un castigo.

—Tranquila, solo quiero mostrarte un lugar. —Sonrío observándome desde su hombro.

Antes de poder decir algo, abrió una puerta, que daba acceso a un balcón con una vista perfecta, como si esa vista estuviera narrada por un poeta, pues la vista era increíble y los ojos de Dylan brillaban como dos luceros preciosos al observar la luna. Sin duda alguna la vista era hermosa, sacada de un cuento de hadas, justo como el que nuestras madres nos leían a mí y a Dylan cuando éramos pequeños.

—La vista es muy linda, hoy por la tarde estuve barriendo este lugar porque me lo ordeno mi capitán, pero la vista es muy bonita... Creí que podría gustarte... ¡Oh! Por cierto, te compre unos dulces de chocolate con café, son muy empalagosos, pero, quizás puedan ayudarte a mantenerte más activa, podemos compartirlos para pasar un rato juntos.

El rubio me entrego una bolsa de dulces, a la larga se nos hizo costumbre observar juntos la luna aquí, mientras yo comía esos dulces... Pero después de la tragedia observaba la luna yo sola con un montón de dolor, culpándome y lamentándome por ello.

Aunque a larga no estuve sola, a mi lado se encontraba un pelinegro que nunca me aceptaba un dulce, pero me hacía compañía para ver la preciosa luna así estuviera cubierta por las nubes, ambos nos hacíamos compañía en nuestro dolor y soledad, como si comprendiéramos por la mirada del otro que lo único que nos quedaba hacer era observar la luna para calmar el dolor que no dejaba tranquila nuestras almas.

Aunque a larga no estuve sola, a mi lado se encontraba un pelinegro que nunca me aceptaba un dulce, pero me hacía compañía para ver la preciosa luna así estuviera cubierta por las nubes, ambos nos hacíamos compañía en nuestro dolor y soledad, como...

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La noche caía, los soldados se iban a sus dormitorios para tener un buen descanso antes de la expedición que les esperaba mañana. Casi todos eran conscientes de que podría ser la última vez que durmieran o que estuvieran tranquilos. El teniente Mike, se encontraba junto a Levi, se agradaban, compartían muchas cosas en común, eran los dos más fuertes del cuerpo de exploración, sin contar que no eran de mucho hablar. La noche cubría a estos soldados con su manto de oscuridad.

—¿Puedo pedirte un favor? —Los ojos de Levi se tornaron directo al capitán Mike, para explicarle el favor que quería pedirle.

Sin duda el capitán Mike supo en un instante, más bien, dedujo en un instante de que iba ese favor, nadie entendía porque aquella cadete se había vuelto tan especial para él, es más, ni el propio Levi lo entendía, nadie podía comprender porque se llevaban tan bien sin si quiera conocer el pasado del otro, quizás ambos se convirtieron en colegas de dolor, que observaban cada noche desde que se conocieron juntos la luna.

YOU ARE MY DESTINY  [LEVI X LECTORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora