YOU ARE MY DESTINY [LEVI X LECTORA]

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"Promesa"

El deseo de estar a tu lado me consume más que la culpa, entendí que no debo de lamentar tu muerte ya que fallaré en mis decisiones, pero por mi culpa has muerto mi querido Dylan... Al final no soy tan diferente a Levi. Esa brisa cálida que tanto te gustaba y a mí me abrumaba, pero la toleraba solo porque me gustaba ver tu sonrisa.

—¿Seguro? —Hable mirando mis pies, sujetaba mis piernas en un abrazo. —Yo hago esto por... —Sentí su mano sobre la mía.

—Por dios _________, cállate un momento y bésame. —Dylan solía ser muy directo, pero en realidad me preocupaba está estúpida decisión.

Yo era la que tomaba estúpidas decisiones no el, me levanté y le dije.

—No me gusta tu decisión, así que terminamos.

Me fui de ese lugar dejándole solo, me miro confundido, pero si le alejaba de mí y mi idea suicida, él iba a estar bien, solo iba a unirse a la Legión para estar conmigo. Y no me equivocaba, fue una estúpida decisión con un mal resultado.

Año 840

La frialdad del bosque hacía que mi cuerpo se llenará de escalofríos, pero no era hora de quejarme, estaba de pie delante de la carreta de suministros, tome dos barritas y rellene mi cantimplora, sabía que Levi no había venido y no tenía intenciones de hacerlo, lo comprendía. Camine como mis dos barritas en mano y mi cantimplora, hasta el lugar en donde Levi estaba, sentado en el suelo debajo de un árbol alto.

—Toma, —le di una barrita y el la acepto, —come algo, y toma un poco de agua

—Gracias mocosa.

—Ya te dije que ya casi tengo dieciséis, —me senté a su lado. —Creo que está expedición será más corta de lo usual, —murmure observando al tronco de enfrente, estaba Meredith coqueteando con un soldado.

—Sigues siendo una mocosa. —Escuché y sonreí.

—Bien, me rindo contigo, —estaba cansada, pero le di una leve sonrisa, —soy una mocosa por ser unos años menor que tú.

—Gracias por ayudarme hace rato. —Suspire al escuchar sus palabras.

—No es nada, —mencione abriendo el envoltorio de mi barrita. —Saben horribles estás cosas, pero es lo que hay. —Suspire antes de dar un pequeño bocado, el hizo lo mismo que yo.

Estuvimos comiendo un rato en silencio, en lo que soportábamos el aire helado y las lloviznas que había en el lugar que nos encontrábamos.

—¿Estás bien físicamente? —murmure de la nada al ver caer las gotas de lluvia al suelo.

—Ya de dije que sí. —Escuche su voz.

—A veces con la adrenalina que vivimos no sentimos el daño físico, lo preguntaba por experiencia, pero si te sientes mal solo dime. —Mi mirada estaba fija a un charco de agua. —Nos tocará el primer turno para hacer guardia, así que no te pongas cómodo. —Le di un vistazo con una ligera sonrisa.