Caricias de la vida

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No me cansa ni en esos días en los que casi se te cierran los ojos de cansancio.

Girando como una noria de Londres.

He llegado a sentir un abrazo tan fuerte, a oscuras, que he entendido todo, todavía más.

Cuando dos personas se quieren, no hay nada que pueda con ellas.

Basta con cerrar los ojos para darse cuenta de todo lo que se han dado.

De todo lo que todavía les queda por dar.

Cuando una tarde de compras se convierte en mucho más que eso.

Cuando dormir abrazadas hace que duermas mejor. Y no me canso.

No me canso de esperar un beso más. Una sorpresa más. Una cena más. 

Hay fuerzas. Hay ganas de acariciarte. 

Tantas veces como la vida nos está acariciando a nosotros. 

PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora