Prólogo:

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-Había una vez, hace mucho, mucho tiempo- contaba con tono misterioso, a su nieta -Una joven cazadora, la cual se enamoró profundamente de un cruel y despiadado vampiro.-

-¿Vampiro? ¿De verdad existen?- su abuelo asintió con una sonrisa en el rostro, sabiendo que había despertado la curiosidad de la menor -¿Y son malos?-

-Así es pequeña, ¿quieres saber la historia?- la pequeña Lia de solo 8 años asintió -Eran tiempos antiguos, La paz reinaba entre cazadores y vampiros, pero había uno en específico, que no respetaba los códigos de ética, Se alimentaba de humanos, no de animales, solo quería poder-

-¿Y que pasó?-

-La enamoró- Su voz ruda fue anulada debido al sueño de la pequeña, -Y luego la mató, a sangre fría, la joven solo rogaba por su vida, y en su último suspiro, le confesó amarlo, pero ni eso hablandó el frío y duro corazón de la bestia.-

-¿Por eso es el negocio familiar? ¿Para que las personas puedan defenderse solas?-

-Hay cariño, hay mucho que aún no sabes-

-Pues no me importa, quiero aprender- Habló decidida -aprenderé y dirigiré el negocio familiar- dijo

Aún sin saber en lo que se estaba metiendo, porque esas palabras, cambiaron su vida, al igual que su futuro....

Pero... ¿y si esa no fue la verdadera historia?

¿Que tal... si solo se contó lo requerido?

***

A las 12:00 en punto del martes, se encontraba en las calles de Andare' un joven, de unos veintitantos, acompañado de una bella dama de cabellos azabaches como la noche, ojos oscuros como el café, y sonrisa capaz de enamorar a cualquiera que tuviera el honor de observarla.

Se dirigían al pequeño bosque que rondaba la zona, la joven cazadora había decidido hacer un pequeño picnic solo ellos dos. Solo ella pensaba quién sería la única en divertirse.

El lugar no era para nada como el peli-negro imaginó, no había casi luz, dado que la inmensidad de árboles tapaba la mayoría, solo se iluminaba por pequeños rayos que se lograban escapar. Lo cual era perfecto para el plan de la menor.

Preguntándose el porqué lo habría llevado a ese lugar se dio la vuelta, llevándose la gran sorpresa de encontrar a su supuesta novia, apuntándole con una pistola, la cual desprendía el horrible aroma de la verbena

-Adeline ¿Que haces? -fue lo único que pudo escapar de sus labio, la confución dominaba su cuerpo, tanto que no era capaz de notar la respuesta a su pregunta. Por más obvia que sonara.

-Es evidente, ¿no? Te apunto, y pronto dispararé, ¿aún no lo entiendes? ¿Crees que alguien como yo saldría contigo? Sienpre soñé con ver tu cara al descubrir la verdad admito que nisiquiera mi cabeza pudo imaginar esa expresión que tienes - Reía cínicamente.

Por otra parte él procesaba toda la información, recuerdos fugaces llegaron a su mente, la manera tan peculiar de conocerse. Esa resistencia que tenía contra el, parecía el típico cliché de la chica que se resistía a sus encantos pero alfinal caía a sus pies.

Maldiciéndoce internamente por no haber caído en cuenta antes, sus ojos dejaron ese color azul, convirtiéndose en el rojo sangre característico de su especie, sus facciones dejaron la incredulidad dando paso a un enojo notable. Desde pequeño sufría ataques de ira y esa no sería la excepción, al contrario, la usaría a su favor.

Una pelea a muerte, donde solo uno saldría vivo, se desató entre ambos, los colores de sus ropas eran sustituidos por la sangre constante que caía luego de corte o rasguños. Las heridas del mayor sanaban dándole ventaja, o eso creía, hasta que sintió como algo con punta filosa se clavaba en su pecho. Un gemido de dolor escapó de sus labios, la cazadora sonrío con sonra y retiró el objeto, mientras se despegaba causando que el de piel pálida cayera al piso.

Con una sonrisa victoriosa le dio la espalda y jugando con la daga mata vampiros en sus manos comenzó a caminar.

Pero que confiada estaba, no fue hasta que sintió sus frías manos y como le partían el cuello que su rostro se llenó de horror.

Terminando de arrancarle la cabeza del cuerpo limpió la sangre que se había salpicado a su rostro y emprendió vuelo. Con intención de contarte a todo su Clan lo sucedido por más que su madre se lo hubiera advertido

Y así pasó cada un siglo durante mil años. Una cazadora era mandada a matarlo, pero terminaba muerta. Al principio confiaba, pero después de un tiempo dejó de creer, y no fue hasta la última que mató hasta el presente, que decidió darle un cambio brusco a la historia.

Sombras Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora