No hay Sunshine

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Si todavía me daría su mano en este abismo del que cuelgo tal vez seguiría viva, o al menos que se lleve mi alma con ella cuando me mira y me tira calma.
Despabilo de recuerdos entre escapes y toreando olvidarte, saboreando aún el hecho que bailamos en esta pista de valientes, que nadie gana que nadie pierde.
Eres tú la que le daba ruido a mis olas, ahora solo eres la sal que desliza por mi rostro, eres tú quien tenía el reloj a destiempo en mi vivir,
Te venero quieta, con mi alma ungida a tus pálpitos, a tu ritmo, te venero sin prisa, porque el tiempo se mide por memorias y ahí siempre habitaré, porque no hay final de este sentir...

Noche 2
(Silencio)

Sincronía ParalelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora