La verdad que nos unía nos diferenciaba del resto,
La misma oscuridad, la misma luz, los mismos reflejos nos unían en un mismo cielo. Nos salvábamos juntas.
Cuanta crueldad de un capricho juego absurdo del universo, tan vil y cruel.
En mi pecho arden los te extraño que no te digo, tal vez existo en esta historia porque aquella orilla donde mi esquina choca con tú vértice en ese te amo, en ese beso, en mirarnos, en tocarnos y explotar galaxias, siendo planetas gravitando en un mismo ser.
Mientras tanto sigo en san Junipero y hoy vivo el apostar todo en un casino, a los dados, a mi suerte en tus labios, al sonido de la lluvia en tus abrazos, a tu voz en ese despertar, en la última galleta oreo de la noche, en el viaje de la mano de nuestra canción favorita, en el desfile salvaje de las madrugadas, en la ternura de tu querer al señor gato, en mi locura, en tu locura, resurgen susurros de calma en pensar que de alguna manera u otra estas a salvo ya.
Es mi historia, y me salva...
Aunque no la viva afuera, la viviré siempre dentro.
Noche 3
(Nostalgia)
