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Hoseok es un estudiante rebelde, o al menos así lo pueden describir Seokjin y Namjoon. Hoseok es un estudiante herido, o al menos así se puede describir el.
A pesar de llevar tantos años conviviendo, Seokjin y Namjoon recién notan el extraño compo...
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HOSEOK
Tras el golpe, intenté arrastrarme hasta las escaleras en un inútil intento de escapar de las manos de papá, pero como era de esperarse no lo logré y en cambio solo pudo sentir un repentino jalón en mi cabello.
- ¿Cuándo aprenderás que en esta casa si yo hablo tu escuchas Jung Hoseok?- Gritó papá después de empujarme al suelo provocando que cayera de boca.
- L-lo siento papá - Intenté pararme disculpándome pero fui interrumpido al sentir una fuerte bofetada mientras el ya conocido sabor metálico se expandía dentro de mi boca y mi cuerpo cayendo por segunda vez.
- ¡Cállate! ¡Si yo hablo tu escuchas maldita puta! - Las lágrimas no se hicieron de esperar, no importaba cuántas veces pasara lo mismo, siempre lloraría hasta quedarme sin aliento.
- Tu padre dijo que guardaras silencio, maldito fenómeno - De repente, pude divisar a mamá entrando desde la puerta de la cocina hasta la sala con ciertos objetos que no pude identificar.
Cuando se acercó pude ver el cinturón de papá y un cucharón metálico sobre una tabla de madera.
Realmente no entendía el porque de los objetos, hasta que mis padres se deshicieron de la parte superior de mi ropa para después sentir el peor de los dolores en mi cuerpo.
El cucharón metálico había sido calentado sobre fuego y ahora estaba sobre mi abdomen, intente removerme pero papá me mantenía sostenido de los brazos y piernas.
Aún así, grité tanto como mi cuerpo me permitió, aunque solo paso un pequeño tiempo pues fui callado por las patadas que me repartieron mis tutores después de retirar el cucharón.
- P-paren porfavor - Suplique llorando, mi boca expulsaba sangre y algunas partes heridas de mi cuerpo también lo hacían -
Hice un intento de pararme, pero sentía mi cuerpo tan débil que caí sobre mis manos y rodillas antes de lograrlo.
- Pararemos cuando nos parezca suficiente, no cuando lo quieras tú, pequeño bastardo -
Y después llegó la peor parte, las humillaciones.
- ¿Crees que solo por obtener buenas calificaciones eres suficiente? - Gritó mi mamá antes de que el primer golpe con el cinturón de papá cayera sobre mi espalda.
- Te odio, jamás debiste haber nacido, eres un estorbo - Varios golpes después, cerré los ojos en con esperanza de que todo terminará.
Y por primera vez logré que todo se callará, era como si hubiera alcanzado un interruptor en mi cabeza que apagó mi dolor y sufrimiento.
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