2017
Le enseñaron que de los errores se aprende, pero ella siempre tuvo miedo de equivocarse.
No entendía muy bien por qué, pero cada tropiezo en su camino suponía una caída demasiado dolorosa, de la cual se levantaba con ganas, pero con la cabeza gacha.
Se disculpaba muchas veces. "Perdón, perdón y perdón" "Lo siento. Lo siento de veras".
Porque odiaba equivocarse. Cada error atravesaba su corazón como una estaca, cliché donde los haya, pero no sabría describirlo de otra manera.
Se castigaba demasiado. Nunca pretendió ser perfecta, pero tampoco quiso ser una molestia. Pisaba con fuerza y decisión, pero al mismo tiempo con cautela y vigilando.
No quería herir, pero sí concienciar. Y la concienciación trae su dosis de realidad, su jarro de agua fría, que bien no duele pero impresiona de muy mala manera.
Y, a veces, sus intentos por concienciar acarreaban consigo errores, al igual que cualquier otro paso que diera en su vida. Los pies de plomo formaban parte de ella, tanteaba todo con sumo cuidado, y aun así tropezaba a veces. Y entonces, cuando era consciente de ese tropiezo, de ese error (ya fuera por cuenta propia o por un aviso ajeno), se castigaba demasiado. Aunque el error fuera minúsculo. Aunque la persona que lo señalara le dijera que no tenía importancia, que sabía que no había sido intencionado. A pesar de que el error consistiera en algo tan simple como decir mal una palabra.
Ella siempre se castigaba demasiado.
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LO QUE SURJA
SachbücherPensamientos, ideas... No tienen por qué ser personales. Algunas lo son. Otras son meras invenciones. Nada interesante que leer, pero muy útil para un desahogo. El pensadero de Dumbledore dentro del mundo muggle.