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«Al carajo».

 —Esta vez, por favor, sé claro.

—No te engañes. Lo sabes, una humana común no hubiera llegado hasta aquí sin protección. Es momento de que lo asumas, estas en peligro, Yoake  —Kasuke permaneció en absoluta seriedad.

—Los Hamakis, tienen una esencia muy poderosa, distinta a los seres comunes y corrientes, esa esencia te permitió llegar aquí, te da poder.
Sin embargo... "la razón es otra imposición", ¿entiendes? Mira donde estamos, Yoake, no comprenderás nada si buscas entenderlo a través de la razón.

Yoake en el fondo sabía muy bien de lo que hablaba kasuke. Habían muchas cosas que jamás podría explicar con palabras. Incluso en la vida cotidiana, y por supuesto, cuando estas sensaciones empezaban a dispararse. Reconocía esa esencia y el poder del que hablaba Kasuke. Había intentado comprenderlo a través de la razón innumerables veces, fue en vano, solo generó angustia y muchas más dudas.

—¿Por qué crees que cada vez que mataban a un Hamaki lo sentiste? Tú has sido una Hamaki durante mucho tiempo, muchas vidas. Sin embargo, antes de tener carne y hueso eras parte de otra esencia, una mucho más poderosa. Por distintos motivos esa esencia se vio fragmentada en Hamakis y así su poder. Aun así eres singular, tu esencia lo es.

Recordaba esas sensaciones, las recordaba en la carne. Era una sensación visceral, un hormigueo en todo el cuerpo y una angustia incurable expandiéndose por cada átomo. Sabía que la explicación de etas sensaciones no podían significar nada, sabía que no podía ser un buen augurio. Sin embargo, las últimas palabras de Kasuke retumbaron en su conciencia, siempre se consideró algo extraña, pero nunca se había abierto a la posibilidad de una explicación tan poco realista.

—¿Antes de tener carne y hueso? ¿Fragmentada en Hamakis? Kasuke... ¿Hablas en enserio?

—Yoake, eso es algo complejo, creo que una cosa a la vez —explicó rápidamente Kasuke intentando poner paño frío a la situación.

Yoake había intentado interrumpir pero Kasuke prosiguió.

—Debes tomarlo con mucha calma, lo que enfrentarás ahora no será fácil y no necesitas distracciones... Además, lo irás descubriendo tú misma, será algo inevitable. Y no quieres mi verdad. Quieres la tuya, y debes buscarla

—No puedo negar que tengo mucha curiosidad, pero, lo entiendo. Disculpa por exaltarme antes... tienes razón, debo descubrir esto yo misma.

Kasuke sonreía con  sinceridad, asintiendo.

—Muy bien. En tu mundo, el terrenal, hay muchos Hamakis, todos muy distintos, claro. Existe una especie de distinción en cada Hamaki, la cual por supuesto está ligada a su esencia de cuna. Son almas antiguas, sabias, poderosas, y que se mueven con una gran fuerza cuando encuentran su propósito.

—¿Has encontrado tu propósito, Yoake?  —preguntó Kasuke sonriendo.

—¿Qué? —soltó Yoake, estaba un poco sorprendida por la pregunta y sabía muy bien que responderla no sería fácil.

—¿Cuidar a mi familia?

Pensaba en que eso sería lo único que podría tener sentido, no demoró unos segundos para darse cuenta que una respuesta así era algo lamentable, siempre había querido hacer algo importante, algo que quedara en la historia. Pero desde hace tiempo había abandonado todo eso por sostener las demandas de la realidad, por lo que se auto convenció de que su respuesta era de una persona madura, no era lamentable si no realista y responsable, en definitiva, hablaba bien de ella.

—¿Qué es lo que siempre te ha movido a hacer las cosas? —dijo Kasuke intentando profundizar.

—Kasuke, estas preguntas son un poco extrañas ¿No crees?

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