Prólogo

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Recuerdo que conocí a mi mejor amiga cuando empecé la preparatoria, Enith Mantilla.
En ese mismo salón nos acompañaba su hermana, quien fue adoptada por sus padres desde que tenía meses de nacida.
¿Mala suerte? Si, considero muy mala suerte que ambas hermanas literalmente viven a un lado de mi casa, ¡Somos vecinas!

Quise llevarme bien con Yesika pero las cosas no salieron como esperaba, simplemente no se podía hablar con ella, se niega a querer solucionar nuestras indifencias.
De vez en cuando nos encontramos caminando por la colonia, salir a la tienda, incluso para ir a la escuela nos veíamos las caras.

Hasta que un día nuestro presidente presento un comunicado por medio de las televisoras, un posible toque de queda y posteriormente una muy probable invasión hacia nuestro país.




¿Podrán ambas hermanas y Samay refugiarse de cualquier peligro y solucionar sus indiferencias e incomodidades?

Nunca debí quererte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora