Capítulo 4

6 3 0
                                        

-Ya amaneció - dice Luis
-Si
-Oh por dios ya amaneció, tengo que irme
Se pone la ropa y antes de irse le digo:
-Cuidate de Víctor porfavor
-Yo no le tengo miedo
-Lo sé pero, él es capáz de todo, enserio no lo conoces
-Eso lo sé, pero el tampoco me conoce, por cierto fue muy bonito lo de anoche
-Si dale vete rápido
-Adiós
Me despido de él igual y cuando se marcha, me acuesto en el sillón y empiezo a gritar de la emoción, nunca había sentido esto que siento, ahora sí sabía que me estaba enamorando, pero a la vez tenía miedo, porque si se llegaba a encontrar Víctor y más con otro hombre podía matarnos a los dos.

-¿Dónde estábas Luis? - le pregunta Alberto  enojado
-Salí temprano para hacer unas cosas - le responde Luis
-Mentira, anoche no dormiste ni tan siquiera aquí
-¿Qué dices?
-Si anoche fui a tu cuarto a preguntarte algo y no te vi, luego me quedé despierto por unas horas y jamás te vi volver
-Es que, la verdad no dormí anoche aquí porque fui a visitar a mi madre y ya me quedé a dormir en su casa
En ese mismo momento los llama Víctor, para preguntarles si todavía no sabían nada de mí. Como las otras respuestas le dijeron que no y él les dice que son dos inútiles.
-Te juro que estoy cansado de trabajar aquí- le dice Luis a Alberto
-No te quejes que por lo menos tenemos un trabajo, es más ya vamos a trabajar
Alberto encontraba algo raro en Luis, lo encontraba diferente.
-Dime Amalia , no saben nada- le pregunta Víctor a una mujer de seguridad
-No aún no, en las cámaras no se ve nada.
-Si saben algo rápido me avisan
-Si claro
-Y recuerda, la policía no se puede enterar de nada
-Claro lo sé

Alberto va a la oficina de Víctor y le comenta que Luis se encontraba raro, Víctor le pregunta-  qué por qué raro- y el le responde -  desde que escapé Luis a tenido varias salidas y siempre estaba pensativo y extraño - Víctor entonces lo manda a vigilar y seguirlo, pero lo que ninguno se inmagina es que detrás de la puerta Luis había escuchado toda la conversación .

Cuando Luis sale, Alberto lo sigue, pero Luis nunca va para la casa donde estoy, sino da algunas vueltas, va y se compra un café, se sienta en el banco de un parque y cuando dá algunas vueltas más lo puedes pierde y entonces rápido va hacia donde me encontraba .

-Luciana ya vine
-¿Hola cómo estás?
-Creo que no estoy bien
-¿Por qué, qué ocurre ?- le pregunto y el me cuenta todo lo que estaba pasando
-Tengo que tener más cuidado
-¿Y por qué ya no te quedas tú también aquí ?
-No puedo señora, digo Luciana , sino si voy a dar señales de que te ayudé o algo parecido
-Si lo entiendo, sabes te agradezco
-Cuantas veces no te he dicho que no me tienes que agradecer
-Lo sé pero no me contengo, porque no todos se arriesgan como tú
-Luciana
-Si
-¿Por qué estoy sintiendo esto?
-¿Qué estás sintiendo?
-No dejo de pensar en tí, todo el tiempo estás en mi cabeza y más con lo que pasó anoche
-Sabes una cosa Luis, creo que yo también estoy sintiendo eso que tú sientes y esto es malo
-¡Malo!
-Si malo, por Víctor si se entera que estoy sientiendo algo por otro hombre no solo me mata a mí, sino a ti también
-Luciana tú ves a Víctor aquí
-No
-Entonces, ya te dije que no te va encontrar
-Él no se va a deter hasta encontrarme
-Y si te encuetra yo no lo voy a dejar que te haga daño, no te lo había dicho
-Si
-Luciana si tú sientes lo mismo que yo, no lo podemos esconder- entonces me besa y me empieza a desamarrar  la blusa, pero antes de terminar, me pregunta que si quiero que siga y yo le respondo  que si.

En la casa agrande cuando Alberto llega, Víctor le pregunta que si había seguido a Luis y el le responde que si, pero que en un minuto luego lo perdió y molesto Víctor le grita -¿Como que lo perdiste?- Si mi señor, lo siento - Y dime no lo viste en algo sospechoso- La verdad no señor solo lo vi tomando una taza de café, luego se sentó por un momento en el parque , y después hizo algunas cosas más y ahí fue cuando lo perdí- Eres un inútil, de todos modos vigílalo cuando  vuelva, y que no sospeche que lo estás siguiendo, ni vigilando -Como usted me lo ordene

-Luciana me gustas mucho- me dice mientras me acariciaba el cabello- Tú también me gustas Luis - Se para de la cama y me dice que ya se tenía que ir y antes de irse me besa, yo me quedo entonces como si estuviese en las nuves, y me duermo

-Luis
-Si Alberto
-El señor está enojado
-¿Por qué?
-No encuentra a su mujer
-Ah por eso
-Si ¿por qué más va hacer?, ese es un súper motivo para estár así
-Si claro, porque más va hacer
-Ya no tenemos más lugar dónde buscar, ella se había escapado otras veces antes de tu empezar a trabajar aquí,  pero siempre la encontrábamos  rápido, pero esta vez es como si la tierra se la hubiese tragado, ¿qué tú crees?
-Yo opino lo mismo que tú
-Al parecer alguien la ayudó
-Si talves, quien sabe
-Esacto así mismo
Se quedan en silencio por un minuto pero Alberto entonces le dice: -¿Quién la habrá ayudado?, tú no sabes nada
-¡No pensarás que yo la ayudé verdad! ...

Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora