💜Holis, aquí les traigo la segunda parte de una pequeña saga de celos que me dedique a escribir toda la noche, en versión Junghope💜
-Jeon sabe que nadie se atrevería acercar a su pequeño novio, o eso creía hasta que conocio a un grupo de chicos qu...
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Jeon Jungkook no se consideraba violento.
De hecho era un alfa de los más pacíficos que existían en el mundo.
Era noble.
Amistoso.
Buena gente.
Y su fuerza la utilizaba para el bien.
De hecho no era altanero, a pesar de que fue cinta negra en karate, entrenaba defensa personal y era boxeador en su tiempo libre.
Era un alfa demasiado bueno.
Hasta que conoció a esos cuatro chicos.
Jeon Jungkook no se consideraba malévolo. De hecho no quería hacer gran cosa.
Solo que desaparezcan o que quizás no sé. Tratarán tierra.
Algo así.
Estaba seguro de que esos alfas se turnaban para hacerle la vida imposible.
De hecho.
Tal vez era posible.
Al menos por dos de ellos, los otros dos estaban en sus propios mundos. Con un noviazgo discreto y siendo felices.
Jeon solo quería destruirlos, pero aun podía ir a la cárcel. No había preñado a Hoseok y tampoco se había casado con él.
De hecho Namjoon aun estaba inseguro de que su hijito se casara.
Mentira.
De hecho Namjoon lo mando al infierno, pero el alfa sigue creyendo de forma inocente que Namjoon lo quiere y algún día lo aceptaría. Sin saber que Namjoon estaba averiguando la manera de mandarlo a Júpiter o algun agujero de gusano para que no volviera a hostigar su paz mental.
Pobre inocente Kook.
Regresando al tema.
Jungkook solo quería deshacerse de esos alfas sin ir preso o parecer sospechoso, pero la verdad es que seria el primer culpable y estaba seguro de que Yoongi lo delataría con tal de que se fuera de la vida de Hoseok.
Y no, no pensaba complacer a su cuñado.
Por ello, seguía ahí, desde una distancia considerable, mirando furiosamente al alfa ególatra que picheaba strike tras strike, envidiando la forma en que su omega chillaba y aplaudía emocionado.
Podría ser él. Sí, claro que si.
Podía ser Jungkook quien recibiera esos aplausos y ánimos.
Pero la verdad es que a pesar de ser capitán del equipo de béisbol, aun tenia un entrenador y este había visto las veces en que había "fallado su mano", y lanzado "accidentalmente" la pelota en alguna parte del cuerpo de un magullado Lukas.
