Narrador Omníciente:
Julieta Madrigal había preparado una comida con su familia por el regreso de su antigua amiga de la infancia, María García se había ido de Encanto por unos años debido a que para el funeral de su abuela había vuelto a su tierra natal, a pesar de esto la señora Alma le había dicho que sería totalmente bienvenida de vuelta.
Todo estuvo listo para cuando la puerta fue tocada, la de vestido azul dejo pasar a la contraria y su ahora nueva familia, su amiga traía de la mano a una pequeña pelinegra de cabello extremadamente chino, sonrió notando que la menor tenía unos 3 años al igual que su hija más grande.
Una vez los guío a la cocina le pregunto a la niña si quería conocer a la de ella, Milena miro a sus padres con pena, ella quería sin embargo le daba pena admitirlo, su padre soltó una pequeña risa al verla y le afirmó a la otra adulta que a la niña le encantaría.
Agustín fue a buscar a su hija mayor encontrándose con la no tan rara sorpresa de que la morena no quería salir, Isabella no era una niña realmente sociable, Abuela siempre la sobre protegía por lo que no la dejaba irse a jugar con el resto de niños del pueblo así que no estaba acostumbrada a estar rodeada de personas que no fueran de su familia.
Al final el de lentes consiguió convencer a la menor de ir a conocer a la contraria, aunque durante bastantes minutos ambas solo estuvieron observándose timidamente desde detrás de las piernas de sus padres.
Ambas mujeres decidieron dejar a las niñas fuera de la cocina y cerrar la puerta forzosamente obligandolas a convivir, después les agradecerían, otros varios minutos pasaron con ninguna de las dos hablando sin embargo Isabela fue la primera en hablar después de que viera a la otra admirar las plantas de su abuela.
_Te gustan las plantas?_ pregunto tímida acercandose a su lado y esperando una respuesta, la de cabello chino asintio mientras explicaba el nombre de aquellas flores y lo que significaban, Milena siguió hablando sobre las plantas cuando noto que la contraria la miraba y escuchaba atentamente, era la primera que alguien parecía interesada en su gusto.
A la morena le parecía interesante todo lo que la otra decía, cada que la pena se apoderaba de ella y dejaba de hablar la Madrigal preguntaba más cosas para continuar escuchando como hablaba emocionada de su conocimiento por las plantas y flores.
Abuela sonrió mientras bajaba las escaleras, observaba como ambas niñas admiraban las múltiples macetas repartidas por todo el patio, les pregunto que hacían a lo que su nieta respondió con una sonrisa que la García le explicaba sobre las flores y que pensaba enseñarle cómo cuidarlas.
Alma sonrió, concideraba la gardineria una actividad propia para una señorita como su nieta y le agradaba el hecho de que tuviera una amiga aún más si está era hija de una de las primeras familias de encanto.
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Milena se encontraba haciendo equitación sobre su caballo en una pequeña pista que alguna vez sus padres habían hecho para que ella practicará casi a las afueras del pueblo, con su yegua negra trataba de pasar todos los obstáculos esparcidos al rededor de la pista.
En una de las vueltas noto en su camino unos tulipanes naranjas, sin querer aplastarlos sabiendo perfectamente que quien los había hecho crecer ahí la estaba observando tiro de la testera haciendo que nigth su yegua se frenará, sin embargo ella no pudo acomodarse para mantener el equilibrio y callo de lado ensuciando toda su ropa con el barro.
Una estruendosa risa llegó a los oídos de la chica que se encontraba en el suelo aún tratando de levantarse, Isabela apareció en su campo de visión tan perfecta como siempre pero casi ahogándose de la risa.
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Mi verdadero futuro (Isabela X Tu)
FanfictionIsabela la joya de la corona de la familia Madrigal, perfecta en todo el sentido de la palabra, pero que tal si en realidad ahí un pequeño o enorme detalle en ella que haría que su abuela la dejara de ver cómo perfección pura y ese pequeño detalle s...