Ansiaba llegar a casa. Estaba agotado después del largo viaje. El sol ya se había ocultado cuando nos desmontamos del autobús.
—Daryl, ¿te pasamos a buscar? —preguntó Ricardo.
—¿A qué te refieres?
—Mañana es el funeral de Sofía, ¿recuerdas?, ¿te pasamos a buscar?
Apreté los dientes. No podía creer que estos chicos que se habían burlado de Sofía unos días atrás ahora querían mostrar respeto.
Sacudí la cabeza.
—No voy a ir.
No esperé su reacción y me fuí a casa. No estaba preparado para enfrentar la realidad y aceptar que no volvería a ver a Sofía otra vez. Ni siquiera pude decirle lo que siento.
Apenas saludé a mis padres al llegar. No quería responder las típicas preguntas: ¿Cómo te fue en el viaje?, ¿estás bien? Así que me fui a mi cuarto.
Todo estaba como lo había dejado a excepción de una cosa; sobre mi cama descansaba un pequeño paquete que tomé con curiosidad. Tres sobres en blanco, sin remitente ni nada que indicara a quién iba dirigido. Salí de mi cuarto con prisa.
—¡Ma! ¿Qué es esto? —ella observó los sobres con atención tratando de recordar de qué se trataba.
—Ah, esos te los trajo una chica cuando te fuiste. Dijo que era una compañera de clases.
Fruncí el ceño. No sabía de quién podría tratarse.
—¿Está todo bien? —preguntó ella. Asentí.
Volví a la habitación. Lleno de curiosidad abrí el primer sobre; dentro había una carta. ¿Quién escribe cartas en este tiempo? Pensé. El papel era rosa, con dibujitos en los márgenes y una mancha que parecía ser grasa. Según la fecha había sido escrita a mediados de noviembre, siete meses atrás.
Cuando me fijé en la letra mi corazón dió un vuelco. La carta era de Sofía.
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Su última carta
Novela JuvenilSofía ha muerto. La noticia impactó a sus compañeros. Fue tan inesperado. Pero a quien más afectó fue a Daryl, él no pudo decirle lo que sentía. ¿Podrá seguir adelante? Todo cambia cuando Daryl recibe tres cartas de parte de Sofía. Historia escrita...