||Antes era una simple barista. Ahora pateo cabezas de caminantes y les hago la vida imposible, cariño||.
Dónde Daryl Dixon conoce a una mujer muy parecida a él pero a la vez totalmente diferente.
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Dónde Hope Payne hace lo imposible por proteger lo...
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Otro maldito día en esta maldita vida.
La noche fue tranquila. Aguante despierta y alerta, después de tantos años de práctica por no haber dormido me sirvieron para algo. El insomnio me ayudó en este caso y estoy agradecida con él.
Cuando el sol fue saliendo, algunos de los habitantes comenzaron a hacer sus trabajos matutinos, entre ellos también estaba Rick, que dirigía los trabajos y los puestos en la ausencia de Deana.
Ella aún no supera la muerte de Reg y es comprensible. Me costó superar la muerte de Dean, y eso que no pasamos tanto tiempo juntos.
—Hope —Rick habló por la radio— que todos los que hicieron guardia, descansen. Los relevará un grupo. —Ok, yo les aviso.
Mande a todos a descansar y espere a que el grupo llegara. Le entregué el rifle a Maggie, que ocuparía mi puesto, y fuí a casa. No tenía hambre ni nada, por lo que fui a tomar una ducha y me recosté un rato logrando conciliar el sueño.
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Cuando me sentí cansada de dormir y estar acostada, me paré y lavé mi cara. Salí de la casa viendo que Rosita entrenaba con machetes a algunos habitantes. Es bueno que aprendan a defenderse porque no siempre habrá gente que los defienda.
—Ey Hope —Aaron se acercó a mí cuando me vio— tienes que ver esto. Corrí detrás de él guiándome a la torre. —¿Qué pasa? —¿Ves que en la punta de la torre hay una esfera de metal? —cubrí con mi mano parte de mi rostro para que el sol no me diera tan fuerte. —Si, ¿que tiene de especial? —Estuve observando la torre desde ayer, y si aun resiste podemos amarrar una soga en esa parte hacia el poste que esta allá —Aaron señalo el poste— sostendremos unos días la torre en lo que despejamos la valla para que ellos se vayan. —No es mala idea, solo que alguien deberá hacer esa parte del trabajo. —Puedo hacerlo yo, el problema es que soy muy pesado, tendría que ser alguien ligero y que no le tema a las alturas. —Podria hacerlo yo, pero... —escuchamos de pronto algunos gritos y corrimos hacia la puerta. Vimos que algunos gritaban hacia afuera, y al subir nos dimos cuenta de que Spencer estaba cruzando con un cable. Tiene iniciativa, pero es enorme y pesado, el cable no va a aguantar mucho.
