KUST
Mi padre se acercó a mí en el vestíbulo. Tenía cara de asco y su sonrisa malévola brillaba por su ausencia. Era raro ver a mi padre así, pero yo había cambiado aquel día. Hoy era un día maravilloso para ir a atacar al pueblo sireno aunque no me apetecía en absoluto. Sabía que mi padre traía malas noticias.
—¿¡Dónde has estado!? —me grita.— ¡¡¡Así no se puede estar!!! ¿¡Eres un demonio o una mariposa!? ¡No me mires así! ¡Sabes que tengo razón!
—¡¡¡Padre!!! —le arrebato la palabra.— ¡Sé que no estás feliz de tenerme como hijo, pero que sepas que te lo compensaré! ¡Ya no tengo esos pensamientos impuros que tanto crees que he tenido anteriormente! ¡Hoy me he reformado!
—Pues si eso es cierto, atacarás en primera posición a Shroon.
—¿Por qué...? —se me agota el aliento en ese instante aunque me recupero.
—Está intentado ayudar a sus vecinos, los sirenos. Y debes impedirlo —me mira con cara de despareció, como de costumbre.
—Pero ya la destrocé...hace años —intento quitarle de la cabeza esa idea, aunque parece imposible.
—Pues destrózala más. Ese conjuro solo lo puedes lanzar tú.
—Pero es letal... y tiene efectos secundarios.
—Muy bien, sin problemas. ¡¡¡Entonces te desterraré!!!
—¡¡¡Madre mía!!! —le gritó en toda la cara. ¡De acuerdo, joder!
—Para asegurarme, quiero que sepas que te estaré vigilando hasta acabar la misión.
Le miro con cara de asco, aunque en verdad yo había nacido para esto. No sé de qué me quejaba. Si he nacido así, por algo será. Quizás sea para cambiar mi vida en los momentos más complicado, pero por ahora, me bastaba con concentrarme en el presente.
Fui directo hacia la puerta del palacio y me metí en el agua. Ahí había muchísimos sirenos, no sabía cómo iba a encontrar a Shroon. Y a Padre no se le puede mentir porque lo que dice lo cumple, y él sabe todo lo que pasa en cualquier momento.
En un momento dado vi a Shroon con un sireno muy apuesto. (No pienso decir que era más guapo que yo porque eso ya es un decir y me rebajaría hasta su nivel, y no es el caso.) Aunque, desgraciadamente, la perdí entre la multitud de gente que había allí. Decidí en ese preciso instante apoderarme del cuerpo de un tío que pasaba cerca de mí.
Por el estado de su alma podría decir que de pequeño perdió a sus padres y ha vivido una etapa solo durante toda su vida y que hace poco puede que le hayan roto el corazón. Bueno, era mucho más guapo que con el que había visto antes a Shroon así que seguro que cae en mi trampa.
—Perdone, ¿conoce a Shroon? —le pregunto a un sireno anciano que pasaba cerca de mí.
—Claro Blush, no hace falta que me hables así por mucho que en unos meses vayas a heredar el trono. Veo que has aprendido mucho de tus padr...
—¿Sabe dónde está? —le interrumpo inmediatamente.
—Sí, ha ido al palacio. Creo que ya deberías de estar ahí y dentro de poco pronunciará sus palabras... —me mira con cara de asombro.— ¿Estás interesado en ella?
Me quedo atónito. ¿Por qué iba a estar el joven del que me había apropiado el alma hace unos minutos interesado en ella si lleva toda su vida solo? Además, creo que hay cola para salir con ella... Shroon es muy independiente, no creo que salga con nadie.
Ahora sería el momento adecuado para decir algo como "no, jamás" o "¿por qué iba a estarlo?", porque cuando le dejase de manipular el alma volvería a ser el mismo de antes y podría enamorarse de ella... y no quiero. Aunque no sé muy bien el por qué. Creo que porque ella se sabe cuidar sola, o porque quiero destruir a las ninfas y ella es el centro. No lo sé muy bien, pero lo que sí que no sé es por qué al final acabé diciendo esto:
—No estoy muy seguro, puede. ¿Y a usted qué le importa?
Me marché de esa calle moviendo mi cola. ¿Cómo diantres pueden nadar tan rápido con esa maciza cola? Era imposible. Pero la de este chico era preciosa, al menos todas las sirenas se me quedaban mirando.
—¡Blush! —me interrumpe una sirena de repente. ¿Y ahora qué quieren?— ¿Qué tal estás?
—Hola... ¿te conozco? —me doy la vuelta y seguí hacia delante. En un momento dado me fijé en que ella podía nadar más rápido que yo y se dio cuenta de que me costaba nadar.
—Venga ya, Blush. Soy Kelly —me examinó de arriba a bajo mientras me ponía la mano encima de mi hombro color carne con escamas azules. Molaba bastante, la verdad.— Deja de hacer el tonto. Sé que te dejé hace tiempo y siento lo que te dije pero, quiero que sepas que te sigo llevando en el corazón.
No sabía qué decir en ese momento pero opté por la opción de "exnovio malote". Siempre era la mejor, ¿no?
—Lo siento Kelly, lo nuestro ha acabado, y hace ya mucho tiempo.
Ella me miró con una cara de tristeza y los ojos rosas me fulminaron llenos de lágrimas. La chica era un poco... ¿rara? No se lo que me transmitía pero siempre he destrozado almas, nunca había tenido la oportunidad de ver la reacción cuando se destroza un corazón. Lo bueno es que me encantaba ver su sufrimiento, ya que con el alma acabas con esa persona y no ves su sentimiento de dolor.
—¡Ya lo entiendo! —se echó a reír y se limpió las lágrimas.— ¿Es una de tus bromas? ¡A que sí! ¡No! No me lo digas.
—No, voy en serio —tragué un poco de agua.— No quiero volver a verte.
—Venga Blush, ¿qué te pasa? —me volvió a mirar triste.— Nunca has sido así. ¡Ah! Ya lo he entendido todo. Es Shroon, ¿verdad? Te gusta la ninfa, ¿cierto?
Otra vez ese sentimiento, cada vez que alguien pronunciaba su nombre es como si me estuvieran atravesando el corazón con una aguja punzante y me carcomía por dentro. No sé muy bien por qué era provocado. Puede que fuera por sus padres, ya que fui yo quien les mató. No estoy seguro, pero me dolía más que robarle el alma a alguien.
—Puede, no estoy seguro. Y ahora piérdete —otra vez ese "puede" de respuesta. ¿Qué me pasa?
Intenté ocultar del pelo medio rubio arena el pequeño mechón negro que me había salido en el cuerpo de Blush. Los hechizos tenían efectos secundarios. Qué se le va a hacer, luego intentaría teñírselo con alguno de mis pequeños conjuros.
¡No me lo podía creer! Después de tanto nadar me encontré a Shroon en un parque.
......
La llevé a la casa de Blush y ella estaba inconsciente, hasta que se levantó.
Ella estaba aterrorizada, pero yo había tocado su alma mientras dormía, era preciosa aunque algo me volvía a dañar por dentro. Intenté ignorarlo, pronuncié las típicas palabras para dar miedo y me esfumé, mientras ella salía por patas de esa casa, alejándose de mí.
Volví al castillo, no había rastro de mi padre y fui a ver a mi hermano.
—¿Qué tal la operación? —me preguntó.
No quise responderle, se me había olvidado una cosa súper importante. Debía de haberle lanzado el hechizo para que tanto a Shroon como a ese tal Blush se les eliminara el mechón negro.
—¡No, mierda! —grité.
—¿Qué te pasa, tío?
—Que se me ha olvidado borrarle el mechón a los dos...
—Madre mía... —me mira y luego se da la vuelta y se pone a pensar.— Van a saberlo, Kust.
—¿El qué?
—Que estuviste allí.
—¡No me digas! ¡Pensé que me preocupaba por nada!
—No me grites, ¿quieres mi ayuda?
—¡Pues claro que la quiero, imbécil! ¡Pero no me ayudas restregándome la realidad!
—A veces es mejor que aprendas tú solo de tus errores, a que alguien te ayude a resolverlos.
—¿Qué quieres decir con... —me doy la vuelta y se había esfumado.— Genial, gracias hermano.
Padre se apareció en ese momento y venía con una llama encendida encima de la cabeza. Eso significaba que venía cabreado.
—Hijo, tenemos que hablar.
ESTÁS LEYENDO
Yo soy Shroon
FantasíaHay muchas cosas que no valoramos en esta vida. Sobretodo, la vida misma. Es muy difícil encontrar tus debilidades y lo que te mueve. Por lo que el camino de Shroon se hace cada vez más complicado. Los demonios atacarán en el solsticio de invierno a...