𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟶

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TaeHyung se sentía molesto, apretó los labios, mientras escuchaba a aquellos dos reír, abrazó un poco más fuerte la frazada, se obligó a mantenerse callado.

Entendía que, para otras personas, él podría quedar como un loco fácilmente.

Había sido criado con los relatos de las antiguas leyendas, creía en ellas con todo su ser, era muy supersticioso y confiaba que, si las cosas pasaban, era porque el destino así lo quiso, y tenía la esperanza de que siempre las cosas cambiarían a mejor, tarde o temprano.

Claro que las personas de hoy en día no compartían lo mismo que él.

Por eso, JungKook había ignorado su leyenda, y no quería ni pensar en cómo reaccionaría SeokJin.

Su amigo estaba afectando por la pérdida de su Alfa, si le mostraba ese relato posiblemente pensaría algo como "¿Entonces HoSeok murió para que yo pueda emparejarme con JungKook?" Y no quería discutir con él al respecto.

A él le dolía la pérdida de su amigo, también le dolía la muerte de HoSeok, pero sabía que el chico estaba en un buen lugar.

Y por más que el lazo roto esté arrastrando a Jin al lado de HoSeok, no creía que fuera justo ser así.

Jin merecía vivir, no había hecho nada para merecer lo contrario.

Él no estaba a favor de la idea de que la vida de los Omegas estuviera atada a la de los Alfas, en ningún sentido, ni en sus "Obligaciones" o "Derechos", ni en el tema de la muerte o el libertinaje.

Porque había que ser honestos, todo era muy injusto para los Omegas, ellos sufrían los lazos rotos hasta la muerte, mientras un Alfa podía marcar a otro Omega y sobrevivir sin más.

Además de que los Alfas eran consideradas los "líderes" y podían hacer todo lo que quisieran, mientras tanto, los Omegas debían cumplir con su papel de sumisos y encargarse de cosas básicas de la casa, porque eran muy "débiles" para hacer algo más.

Patrañas.

Algo que le enfermaba mucho de la relación de sus amigos, es que ellos eran así, y nunca había logrado que alguno de los dos abriera los ojos.

Se removió al cabo de unos cuantos minutos de escuchar a los dos hablar, tomó su celular y envío unos "Buenos días" a YoonGi, antes de levantarse con lentitud y acercarse arrastrando los pies a la mesa.

—Buenos días, TaeHyung. —dijo JungKook, el enfermero se levantó de su silla y le dedicó una sonrisa. —¿Qué quieres desayunar?

TaeHyung lo miró como si hablara en serio.

Había contratado a un enfermero, no a un sirviente, pero había escuchado decirle a Jin que ahora él estaba a cargo y se encargaría de cuidarlos.

—¿Podrías pasarme el yogurt? ¿Y el cereal? ¿Y un bowl?

JungKook asintió, caminando hacia la cocina y juntando todas las cosas que el peliazul había pedido.

Tae tomó la mano de Jin y dejó unas pequeñas caricias para llamar su atención.

—¿Estás bien? —preguntó.

El rubio lo miró, en sus ojos azules había algo de cansancio, sonrió mínimamente.

Sí, TaeHyung, lo estoy. —dijo. —Pero, aunque no lo esté, el que me mires con lástima y estés triste por mí no va a hacer que me recupere, que me sienta mejor, así que puedes ahorrarte esas cosas y tratarme normal.

TaeHyung pensó si en verdad, Jin le estaba hablando en serio.

Apretó sus labios y sintió lágrimas de furia acumularse en los ojos.

—¿Vas a tratarme como la mierda? ¿En serio?

Jin suspiró.

Es que... En serio, ya sé que voy a morir, Tae, no hay nada que hacerle, podrías... No sé, superarlo un poco y tratarme igual que antes, ya sabes, como el amigo idiota v ruidoso que siempre fuiste... No como el melancólico que tengo a mi lado en este momento.

TaeHyung se recostó en la silla, asintiendo, apartando su vista y cualquier contacto físico del Omega.

—Lo siento, no. —dijo, volviendo sus ojos hacia él. —No, simplemente no, Jin...

—¿Por qué?

—Ya pasé por esto una vez. —dijo. —Y es una mierda, y ahora me toca vivirlo una segunda vez y peor... Porque no sólo ya se fue uno de los mejores amigos, sino que ahora se va a ir otro de mis mejores amigos porque no quiere hacer nada para al menos intentar seguir.

—¿Qué quieres que intente?

TaeHyung se mordió el labio, lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.

—No hay nada que intentar porque estoy unido a mí Alfa hasta la muerte...

—Porque así lo quieres... Porque yo creo que no quieres pelear, porque eres un cobarde y ya te rendiste sin hacer nada, porque toda tu vida la pensaste al lado de un Alfa y no lograras nada así... Además de morir siendo un Omega sumiso del montón.

Tae tenía la voz endurecida por las lágrimas, que caían silenciosas por sus mejillas.

SeokJin entreabrió sus labios, sus ojos se veían iguales a los de un cachorro lastimado, su labio inferior tembló y sus ojos se nublaron de lágrimas.

JungKook lo vio todo en silencio, a unos metros, en el umbral de la cocina, y al ver a Jin lastimado apretó sus puños con furia.

El Omega se levantó, apartando la vista, rechinando su silla sin importarle nada y se dirigió a su cuarto.

El Beta dejó todo y fue detrás de él.





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