𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝙵𝙸𝙽𝙰𝙻

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Pasaron mucho tiempo solo entre ellos, horas, horas en las que el Omega volvió a tomar color, su marca se fue curando, su fiebre bajó, y JungKook se dedicaba a darle mimos, sintiendo lo bonito que se sentía SeokJin, gracias al lazo, el pelinegro pasó todo ese tiempo acomodándose a la sensación de las emociones del otro en su pecho.

—Nuestros últimos días... —murmuró JungKook, captando la vista de Jin. —Nuestros últimos días dan paso a muchos más... ¿No es lindo? —el pelinegro acarició su rostro. —Tener muchos más días contigo.

Jin sonrió y se ruborizó.

—Tener más días juntos... Es hermoso.

Horas después, con el rubio tranquilo sobre su pecho, sintió un leve golpe en la puerta.

—¿JungKook? —TaeHyung murmuró su nombre de forma temblorosa, su voz sonaba como si estuviera enfermo, aunque era por llorar por largo rato.

—Tae, pasa.

—¿Jin sigue ahí? N-No quiero verlo si-

—TaeTae. —Jin lo llamó de forma sutil, y el peliazul se tomó unos segundos para abrir la puerta y mirarlo, sin creerlo, su mejor amigo en serio lo había asustado y ya estaba pensando lo peor.

Jin se separó de JungKook, acercándose al borde de la cama para abrir sus brazos hacia él, y el Alfa prácticamente corrió hasta el abrazo.

—Oh, ¿No estás cansado de llorar?

TaeHyung negó, frotando su rostro contra el hombro del rubio, sus hombros temblaban mientras lloraba de alivio.

—En serio me asustaste, y... Y sólo te veía cada vez más mal y no me dejabas llamar a JungKook, y-y si te pasaba algo yo nunca podría perdonarme, Jinnie, eres el mejor amigo que tengo, el mejor que me queda, te quiero mucho...

—Tae... —Jin lo abrazó con un poco más de fuerza. —Pero estoy aquí, ¿Ves?

—Sí, más te vale que te quedes aquí, tonto.

Jin rió.

—Si no, ¿Qué harías? ¿Que ibas a hacer sin mí, Taennie?

—Me follo a tu novio, sólo para vengarme porque no me dejaste llamarlo antes.

JungKook alzó sus cejas con sorpresa ante esas palabras.

—Tae, yo podía llamarlo si me pasa algo, no tenías que preocuparte por eso... Sabía que si no aguantaba, lo iba a llamar y él vendría.

—P-Pero...

Pero ya está, ya pasó. —Jin dejó un beso sobre su coronilla, mientras hacía mimos en su espalda para calmarlo.

JungKook estaba en serio cálido por el gesto de SeokJin, y también sintió lo que el Omega sentía, esa necesidad de darle mimos hasta que estuviera mejor, pero se mantuvo apartado y los dejó tener su momento a los dos.

Unos minutos después, TaeHyung se separó y limpió sus lágrimas, con ayuda de Jin.

—Te ves... Mucho mejor y no pasó tanto tiempo. —le dijo, con una leve sonrisa. —Gracias...

—Ven, quédate en el nido.

—¿En serio?

Jin asintió, y le hizo espacio para entrar los tres, sentados, dentro del nido y cómodos, Tae estaba algo incómodo porque era la tercera rueda de todo eso, pero estaba más que agradecido de que su amigo se preocupara por él y lo consolara de esa manera.

𝙾𝚄𝚁 𝙻𝙰𝚂𝚃 𝙳𝙰𝚈𝚂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora