Única parte

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Oigo una voz, es muy tenue, tan débil que siento que estoy imaginando todo esto

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Oigo una voz, es muy tenue, tan débil que siento que estoy imaginando todo esto. Es muy relajante, tanto que quiero quedarme acá toda la vida.
—Por favor— ruego—. Llama mí nombre una vez más.
Trato de avanzar pero no siento mí cuerpo a excepción de un peso en mis labios.
"Entonces todavía estoy con vos"

Escucho un ruido, algo incesante. Abro los ojos y me encuentro con oscuridad total; es mí habitación. Tanteo la mesa al lado de la cama, siento el control del aire acondicionado y lo apago, con eso el persistente ruido termina.

Al levantarme siento esta soledad cansadora. Se hace presente todos los días, a cada hora y momento desde que tengo conciencia. Estoy seguro que si no tuviera obligaciones y persistencia realmente me desmoronaría.

En silencio empiezo a prepararme sin mucho esmero y al poco tiempo ya bañado y vestido abandono mí hogar.

Comienzo a caminar hacia el metro y mientras tanto analizo este sueño. Es algo recurrente, aunque más que sueños, los siento como recuerdos. Esto lo he debatido con Armin, al cual le cuento todas las mañanas, estos relatos que pasan cuando estoy dormido, cuando nos encontramos en el metro. En un principio pensé que me iba a tomar como loco pero se interesó tanto que todos los días me pregunta por algo nuevo.

Llego a la estación, pago mí boleto y voy a esperar mí transporte para ir a la universidad. Al cabo de unos minutos arriba y entro al último vagón, me siento en una fila de asientos para esperar unos 15 minutos de trayecto y que el tren llegue a la estación de mí amigo. Lo veo subirse y caminar hacia mí.

—¿Cómo está todo Eren?— pregunta con su usual sonrisa y tranquilidad mientras que se sienta a mí lado.

—Soñé otra vez con esta persona—. Le contesto con un tono que delata frustración.

La primera vez que le conté algo de estos sueños fue uno donde escuchaba una risa, una muy linda y delicada, pero lo más raro era que se escuchaba la mía también… Aunque lo más triste es que esa preciosa risa se transformaba en un llanto desgarrador; lo único que recuerdo después de eso es despertarme llorando.

En lo que va el viaje prosigo a contar lo que sucedió en esas pocas horas de descanso que tuve. Después de terminar el tema, Armin me cuenta cómo fue su fin de semana con su novia, Annie.

Dejo de prestarle atención a Armin ya que podía escuchar esa risa, estoy seguro que es la misma. Un tanto desesperado empiezo a ver a mí alrededor para saber a quién le pertenece ese sonido tan relajante.

Hasta que dejo de oírla.

Suspiro.

¿Cuándo llegará ese día? Cuando te encuentre y te pueda ver. Tengo la certeza que cuando te tenga enfrente te reconoceré y sabré que sos vos.

Siento un golpe en la cabeza y veo a una mujer rubia parada frente mío— Podrías ser un poco más delicada ¿no?— digo mientras me sobo la parte golpeada.

—Podría pero tu cara pide a gritos que te golpee—. Miro a Armin en busca de protección pero lo único que hace es encogerse de hombros— A veces es cierto—. responde mí amigo.

—¿A veces? mí amiga estaba riéndose tranquila y de la nada este subnormal empieza a moverse como si tuviera un demonio adentro y la asusta.

Al escuchar eso quedó en estado de shock.

Justo cuando voy a preguntarle por su amiga siento como Armin toma mi brazo para bajar del metro, se despide rápido de su pareja y a mi me deja con las palabras en la boca.

Ya en el andén, lo miro y lo agarro de los hombros, el rubio se asusta ante tal gesto de mi parte— ¿Eren? ¿Podrías soltarme?

—Por favor—. ruego— Preguntale a Annie cómo se llama su amiga—. Suelto mí agarre sobre sus hombros y dejo caer mis brazos. Mi amigo tiene una cara de confusión total. Agarra su teléfono y mientras caminamos hacía la salida de la estación llama a la rubia llevándose el teléfono al oido.

—Hey Ann, estoy con Eren y está un tanto alterado por saber cómo se llama tu amiga.

Mientras que el rubio sigue en llamada con su pareja, voy a su lado, caminando en silencio, esperando que Annie pueda darme la información. En reflejo miro hacia el cielo… En cualquier momento una tormenta se va a desatar y la lluvia va a caer sobre toda la ciudad.

Siento un golpe, otra vez, en mi cabeza y volteo hacia mi atacante— Toma, quiere interrogarte—. Agarro el celular mientras veo que estamos en frente de una tienda de conveniencia— Por favor cómprame un paraguas—. Le pido antes que entre y empezar mi conversación con la rubia.

—Ahora sí ¿Qué necesito para que me des la información?

—Primero que nada ¿Para que la necesitas?

—Porque… Creo que es la persona que estuve buscando todo este tiempo— Prosigo a resumir algunos sueños que he tenido; para todo esto Armin ya salió de la tienda y seguimos nuestro recorrido hacia la universidad.

Al terminar la explicación, la línea contraria a la llamada se queda en silencio—¿Annie?

—Eren…¿Esto es en serio?

—¡Claro que es en serio!— Después de esas palabras hubo otro silencio.

—Ella… Ella se llama Mikasa.— En cuánto dijo eso, mi corazón se volvió loco y siento mi cara calentarse mucho. El sentimiento es como si mil recuerdos me azotarán y mis sueños cobran sentido.

—Gracias Annie—. Se que le devuelvo el celular a Armin y después simplemente mi cuerpo empezó a moverse solo.

No sé tampoco en qué momento empezó a llover y yo a correr a tan gran velocidad pero siento que estoy cerca de lo que tanto busqué.

En algún momento del cansancio me freno y veo que estoy en un parque, no se puede ver bien alrededor ya que la lluvia no parecía cesar; pero logro ver una figura la cual lleva: en su mayoría, ropa negra pero con una característica bufanda roja.

Ahí mismo lo supe.

Era ella.

—Mikasa— grito con seguridad

La veo voltearse y aunque al principio vacila, deja caer sus botas y con los pies descalzos, corre hacia mi.

Los dos empapados por la lluvia nos fundimos en un abrazo tan natural… Tan nuestro.

Me separo un poco para poder verla, ver ese hermoso rostro que tanto extrañé.

—Te extrañé tanto Eren.

Y aunque nuestros pasos no estén sincronizados.

Quiero caminar desde ahora a tu lado.

Y permanecer contigo.

still with you EREMIKADonde viven las historias. Descúbrelo ahora