felix había preparado un banquete para su novio. En la mesa del comedor la mezcla de panes y frutas era deliciosa, de seguro se sentiría muy feliz. La cosa favorita de hyunjin en el mundo —después de felix— era la comida.
El castaño había dejado a su gatito durmiendo en su alcoba mientras preparaba todo, se había dado una buena ducha y además había limpiado toda la casa, cuando hyunjin llegara y le dijera cosas bonitas valdría la pena haberse levantado tan temprano para hacer todo eso.
El sonido de llaves en la puerta principal lo hizo saltar de emoción, con cuidado se quitó el delantal y lo colgó en un perchero para que pudiera verse su ropa. Llevaba unos pantalones claros y una camiseta blanca enorme que pertenecía al peligris. Al mayor le encantaba verle con sus camisas y suéteres.
A los pocos segundos entró hyunjin en la cocina con un tapabocas negro puesto y la misma ropa con la que se había ido el día anterior.
—P-pensé que aún dormías... todo esto se ve delicioso bebé —alagó admirando los diversos platos sobre la mesa— Te luciste.
Ambos sonrieron y se miraron con cariño, queriendo reducir la distancia.
—Ven aquí —pidió hyunjin extendiendo sus brazos.
felix rodeó la mesa del comedor con rapidez y se lanzó a los brazos de su amado, oliendo su aroma y llenándose con su calor.
—Lo siento lix, no llevé ropa anoche y no tuve tiempo de bañarme,
—No me importa —murmuró apretándolo más.
El abrazo duró unos minutos más, pero el peligris no lo soportó más y alzó el mentón de felix para verle a los ojos, olvidando que seguía con el tapabocas. felix hizo un puchero.
—Quiero un beso de Jinnie~ —exigió mientras con su mano quitaba el pedazo de tela para dejar a la vista sus gruesos labios .
Sus miradas estaban clavadas en la boca del otro, ansiosos por besarse como llevaban días sin hacerlo, pero cuando sus bocas se entreabrieron rosándose muy levemente un maullido les hizo detenerse.
—...
—¿lix?
—¿S-sí?
—Está restregándose contra mi pierna.
hyunjin empezó toser y felix a correr para encerar a su travieso gato. Otro momento arruinado por el felino.
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hyunjin estaba en su habitación leyendo, escuchando otra vez las risas de su novio del otro lado de la pared, muriéndose de las ganas que tenía de ir a cogerlo en brazos y besarle, de estar con él aunque fueran unos jodidos cinco minutos.
El desayuno había sido arruinado, hyunjin no podía comer en paz gracias a sus malestares y felix solo podía pedirle perdón por no haber cerrado bien la puerta de su habitación. Al final terminaron de comer y cada uno fue a su habitación.
La casa en la que vivían era de los abuelos fallecidos de felix, quienes se la habían dejado de herencia. Habían muerto hacia ya cinco años, siendo una tragedia muy fuerte para el castaño. hyunjin era amigo de felix desde los diez años y se había encariñado mucho con los abuelos de este, por lo que también le afectó mucho. Luego de un tiempo los dos habían podido superarlo y se habían mudado juntos ,a esa casa, dejando a sus padres para independizarse. Y fue ahí cuando hyunjin tuvo la oportunidad de vivir con su mejor amigo y el amor de su vida, quien tiempo después aceptó ser su novio.
El castaño actuaba siempre como un niño consentido, acostumbrado por sus abuelos desde niño, pero eso a hyunjin no le molestaba, más bien le encantaba. Lamentablemente esa actitud fue la que lo llevó a comprarle un gato, y lamentablemente ese gato no lo dejaba vivir en paz con su pareja como llevaba haciéndolo tres años.