Flowers

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Dazai juega distraídamente con un bolígrafo pensando en la situación de Chuuya.

Definitivamente, resulta extraño, es una habilidad muy inútil en batalla, no es que todas tengan que serlo, Yosano solo cura, por ejemplo, pero incluso esa puede ser realmente útil en el campo y las flores se sienten demasiado inofensivas.

Está el problema de indigno de ser humano, no puede eliminarla y eso preocupa a Dazai, si por alguna razón evoluciona y lástima a Chuuya no podrá ayudarlo.

Asume que la mafia ya está buscando al usuario responsable, pero Dazai siente que algo malo pasara pronto.

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Chuuya mira la dalia, la colocó en su mesa de noche, no necesita agua, no se marchitan de todos modos y verla le genera cierta paz.

Aburrido investigo sobre aquella flor y según el lenguaje de las flores esta simboliza el agradecimiento, no entiende por qué salió, si se supone que su amor es agonizante bajo este mismo concepto del lenguaje.

Las flores color amarillo y como el primer síntoma fueron pétalos de rosa amarilla en su cabello, para que luego comenzarán a aparecer abrepuños silvestres hasta hoy con la Dalia.

Suspira, hace tiempo amo profundamente a su excompañero, realmente deseaba decirle en algún momento, pero sabía que no serviría de nada.

Sabía que su amor jamás sería correspondido, Chuuya y Dazai jamás tuvieron la mejor relación, no se odiaban, jamás lo hicieron y jamás lo harán por más que ambos repitan que lo hacen.

Pero aunque no se desprecien tal como lo juran, tampoco se adoran el uno al otro, mientras el joven corazón de Chuuya latía con fuerza cada que Dazai parecía tratarlo con ternura, el castaño se encontraba pensando como molestar al pelirrojo y hacerlo perder paciencia.

La percepción de Chuuya sobre este asunto era simple, "le divierte molestarme, un simple bully que quedó emocionalmente atrapado en la escuela primaria."

Al girarse ve caer en su nariz el pétalo de una flor de color negra, la toma entre sus dedos mirándola, busca a ciegas el origen y obtiene un pensamiento negro.

El pensamiento negro tiene un significado bastante deprimente, en el lenguaje de las flores representa la tristeza de un amor sin esperanzas.

Ver esta flor lo hace sentir mal, como si las raíces atraparan su corazón y lo apretaran, una lágrima baja por su mejilla.

Más pensamientos negros aparecen por su cuerpo, cada uno parece recordarle porque es imposible que Dazai lo ame como Chuuya una vez lo amó.

Chuuya suspira y niega con la cabeza tratando de apartar esos pensamientos, cierra los ojos con fuerza, no puede soñar, no puede tener pesadillas, quiere descansar de todo esto.

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Kouyou entra a la habitación de Chuuya a la mañana siguiente, lo ve dormir siendo cubierto por una manta de flores negras y rosas amarillas casi como si el pelirrojo fuera alguna especie de obra de arte abstracta y contemporánea.

Al acercarse más puede notar la ligera marca de lágrimas secas, pequeños capullos de flor sin nacer en sus pestañas, con gentileza la mujer despierta a Chuuya.

—Chuuya, tesoro, despierta— Le dice mientras lo mueve.

Ve a Chuuya abrir los ojos, pestañea un par de veces hasta que los capullos se caen.

—¿Ane-san?— Pregunta aun medio dormido.

—Despierta, te preparé el desayuno—

Chuuya se talla los ojos, luego se estira hacia la mujer abrazándola por los hombros y escondiendo el rostro en ella.

—Ane-san, me duele el pecho— confiesa —Siento que no puedo respirar—

Anoche había caído dormido luego de llorar por esa sensación durante lo que parecieron horas, ahora está de regreso.

Tal como la vergüenza se intensificó, también lo hacen las otras emociones.

Kouyou acaricia la espalda de Chuuya retirando una que otra flor por el camino.

—¿Quieres que llame a Mori?— Pregunta, ella dijo que si había otro cambio lo llevaría a revisar, pero no es tan insensible como para entrar de lleno al tema.

Mori es de los pocos doctores que Chuuya permite lo revisen, es como una zona segura en este aspecto.

—No— Murmura el pelirrojo apretando la tela del kimono de Kouyou —Solo quédese conmigo un poco más, lo lamento Ane-san— Kouyou siente a Chuuya temblando, Kouyou aprieta ligeramente el agarre de su abrazo, se acomoda para que Chuuya esté más cómodo.

—No te disculpes, está bien ¿Si?— Dice ella, no sabe como consolar a alguien, ella odia el amor y la paz, sentimientos inútiles que te vuelven débil y tonto, pero no puede evitar sentirse increíblemente desolada al ver a su hermano así.

Ve las flores negras y las rosas amarillas crecer y caerse por sí mismas al no tener espacio, Chuuya llora y Kouyou lo consuela.

Esto se mantiene durante varios minutos, Kouyou dejo de contar hace rato, siente la fragilidad del ejecutivo en sus brazos.

Mira las flores y piensa que tal vez pueda desaparecerlas por siempre si las cubre con la sangre de Dazai Osamu.

En el fondo sabe que no es culpa del castaño, pero a ella le importa muy poco, mataría a cientos si eso asegura que su precioso Chuuya no volverá a derramar una sola lágrima.

El amor te vuelve débil y estúpido, el amor está haciendo llorar a Chuuya, el amor no existe para las flores que nacieron en la noche, como ella y Chuuya, no debió permitir que él se enamorara de Dazai.

El amor te vuelve tan estúpido que aqui esta Ozaki Kouyou reflexionando sobre matar al demonio pródigo únicamente por no querer que Chuuya llore por él.

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Chuuya ya está tranquilo cuando Kouyou consigue llevarlo hasta uno de los hospitales de la mafia, dentro de la habitación esta Mori con una bata blanca.

Chuuya se aferra fuertemente a la mano de Kouyou, aún se siente mal y odia los hospitales, pero Kouyou le prometió que si Chuuya lo soportaba, luego ella pasaría todo el día con él, viendo películas y comiendo helado.

Chuuya se sienta en la camilla y Kouyou se queda a su lado.

—Veo que tienes nuevas flores— comenta Mori al ver los pensamientos negros.

—También una Dalia y rosas amarillas— Dice el pelirrojo, Kouyou le entrega un pañuelo con un poco de perfume, para que Chuuya pueda mitigar el aroma a hospital.

Mori se acerca para hacer los exámenes más básicos.

—¿Te duele algo?—

—Cada que veo o huelo las flores negras me duele el pecho y me dan ganas de llorar— Explica —Nada cardíaco o algo así, es como algo más emocional, no lo sé—

—Ya veo ¿Te pasó también con la Dalia?—

—Verla me hacía sentir feliz, pero no era muy intenso—

—Tal vez porque es solo una y los pensamientos son varios— teoriza Mori revisando cuidadosamente la piel de Chuuya en búsqueda de cualquier irritación o herida, hasta ahora las flores carecen de tallo, así que las rosas no tenían espinas, eso es bueno.