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Hyunjin se sentía adolorido, horriblemente adolorido. Cada parte de su cuerpo estaba golpeada y su cabeza daba vueltas. Podía escuchar una voz que lo regañaba en voz baja, pero no podía abrir los ojos. Luego de analizarlo bien, se dio cuenta de que esa dulce voz era de Jeongin.

¿Jeongin? ¿Qué hacia aquí? ¿Acaso lo iba a dejar para siempre?

Hyunjin quería hablar pero pudo escuchar el sonido del papel desdoblándose con lentitud. Y luego varios sollozos ahogados. Su corazón empezó a palpitar con fuerza cuando por fin pudo abrir los ojos y encontrarse con esa tierna imagen. Jeongin abrazando con fuerza su sudadera mientras que trataba de sostener aquella carta con sus delgadas y temblorosas manos.

No pudo evitar sonreír al verlo, era tan hermoso.

Hasta que conectaron miradas y todo se detuvo.

— ¿Persona a la que amas? — sus ojos se abrieron con fuerza, dolió hacerlo, pero lo hizo. Jeongin sonrió y acarició su frente con delicadeza, cuidando de no tocar la venda que lo cubría.

— Ahora soy yo en que pide perdón. Debí haberte escuchado pero, es difícil creer cuando...

— Está bien. — susurró el castaño —  ¿No me odias?

— ¿No escuchaste lo que te dijes al principio o el golpe en la cabeza de afectó? — Hyunjin rió, se quejo al sentir una punzada en su cadera por el esfuerzo y Jeongin se separó al instante — Tranquilo. Avisaré al doctor que ya despertaste. Minho se pondrá feliz, al igual que tu madre.

— ¿Mi madre está aquí? — preguntó con emoción.

— Sí, es muy linda. Es igual a ti. Ya vuelvo.

Hyunjin volvió a sonreír, algo pasó
por su cabeza y llamó a Jeongin antes de cruzar la puerta, este se giró confundido. El castaño se sonrojó por que lo iba a hacer, pero ya que Jeongin no lo odiaba...

— ...Te amo.

— Lo sé, yo también me amo. — le dio la razón para después sonreír.

El castaño sintió que algunos de sus dolores de desvanecían por un momento. Aunque no esperaba esa respuesta, le causo gracia. La puerta se cerró y suspiró, en el fondo quería escuchar a el rubio decirlo lo mismo.

La puerta se volvió a abrir rápidamente dejando ver a Jeongin con la mitad del cuerpo asomado y sonriendo con picardía.

— Te lo creíste ¿eh? — rió — Yo te amo más.

Finalmente la puerta se cerro igual de rápido. El rostro de Hyunjin se coloreo completamente de rojo y una gran sonrisa un poco adolorida.

Amaba a ese chico. Y mucho.

El hospital volvió a estar en calma, como si un ángel estuviera allí, cuidando de cada uno

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El hospital volvió a estar en calma, como si un ángel estuviera allí, cuidando de cada uno.

Minho al escuchar que Hyunjin había despertado no pudo aguantar la alegría y abrazo lo primero que vio, en este caso: Jisung. El cual solo pudo aceptarlo con vergüenza.

𝗥𝗨𝗕𝗜𝗢 𝗘𝗤𝗨𝗜𝗩𝗢𝗖𝗔𝗗𝗢 | h. hj + y. jgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora