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La fuerte música que emanaba de los auriculares de MK no fue suficiente para no escuchar aquella conversación. Quitó sus auriculares de sus orejas y afinó su audición para escuchar más claramente.
— Parece que he esperado una eternidad por este momento. — habló una voz femenina que MK no reconocía — ¿Está todo en orden? — Escuchó decir a la misma voz.
— Estoy haciendo los ajustes finales, madre. — Esta vez habló una voz masculina.
El miedo lo inundó al ver con más detenimiento a las dos "personas" de las que provenían las voces. Un chico pelirrojo con una cicatriz en su mejilla derecha y una marca roja en su frente. La mujer, la cual parecía ser la madre del chico, tenía cabello negro peinado de una forma que parecían dos cuernos, llevaba una especie de tiara dorada en la parte delantera de su cabello, en cuanto a sus ropas no prestó mucha atención.

Reaccionando lo más rápido que pudo se escondió detrás de una pared rota del destrozado lugar en el que se encontraban.
— Al fin, después de todo este tiempo, tenemos los medios para sacar el legendario bastón de Monkey King. — "¡wow! ¡El bastón de Monkey King!" Pensó MK embobado cuando se dió cuenta de lo que tenía delante. Decidido, trepó por las ruinas de aquello que parecía haber sido un edificio. Miró a su costado al darse cuenta que tenía compañía, un pájaro se había posado a su lado.

— Mi amor podrá retornar cuando retiremos el bastón...— Dijo para luego hacer un sonido ahogado de sorpresa.

Uno de los robots que los acompañaban había subido a la montaña en la que se encontraba el bastón e intentado sacarlo de la tierra. Sus brazos se desprenden de su cuerpo para después caer. Mira a sus costados para darse cuenta que ya no tiene brazos.

— ¡Inútil! ¿Crees Que no hemos probado eso? Se necesitarán más que unos cuantos robots para extraer el bastón de Monkey King. Solo quien tenga valía podrá empuñarlo. — Sonrió prepotente el pelirrojo. — Pero yo, Red Son, he diseñado este guante para moverlo a voluntad. — Un gritó ahogado salió de la boca de MK cuando escuchó aquello. Apretó más fuerte las tuberías de las que se estuvo agarrando cuando estuvo a punto de caer, sosteniendo la bolsa con fideos de Pigsy que se supone tenía que entregar.

El llamado Red Son se acercó al bastón dorado y rojo con una sonrisa macabra y lo agarro firmemente entre la palma y dedos de su guante. Su cabello se volvió fuego y gruñidos de fuerza se escucharon. 

Un segundo después, todo el lugar empezó a temblar, las plantas que rodeaban el bastón empezaron a marchitarse rápidamente.
la tierra al rededor del bastón se quebró y la luz que este desprendía se fue apagando.
Red son no se hizo esperar y levantó el bastón en señal de orgullo.

— ¡Sí! ¡Lo logré! — festejó el pelirrojo con una expresión de orgullo, la cual no tardó en desaparecer .

— ¿Qué? ¿Por qué no sucede algo más? — Preguntó para después saltar de la colina.
— Madre, ¿estás segura de que es la montaña correcta? — Confundido se dirigió a su madre.

— No. Tal vez era la otra montaña con el bastón mágico que sepultó a mi esposo. — Respondió sarcásticamente.

La tierra empezó a vibrar y la montaña que tenía el bastón empezó a romperse, para después tirar una ráfaga de viento y prenderse con una luz verde fluorescente. Los soldados robot volaron por los aires.

Un toro gigante antropomórfico y morado empezó a emanar lentamente del suelo.
— ¡si, padre, sal ya! ¡Ya! — oyó gritar a Red Son mientras reía. El toro, que al parecer era el padre del pelirrojo, miró sus dos manos y dijo;
— Carne. Huesos. He retornado al reino de los vivos. — al terminar de decir esto los brazos de MK flaquearon.

El pájaro que se encontraba en el tubo del que MK se estaba sujetando se acercó a sus manos, amenazando con picotear sus manos.
— ¡No! ¡Largo de aquí! — dijo MK entre dientes, todavía sujetando la bolsa de fideos. Su expresión cambió a una de terror cuando el pájaro empezó a acercarse a su mano, para después empezar a picotear esta.

— ¡Aah! Demon Bull King. te he extrañado. — Dijo la madre del pelirrojo dirigiéndose al demonio toro.
— Princesa Iron Fan. Los años han sido generosos. ¿Como me liberaste?— Habló y antes de que Iron Fan pudiera responder, Red Son Habló.

— De hecho, fui yo, padre. Yo extraje el bastón. —Contestó Red Son con notable orgullo.
— Aprendí como dominarlo para hacer de su poder mi- — Demon Bull King dio dos pasos adelante con una mirada amenazante. — N-nuestro poder. — Terminó la frase el pelirrojo con una voz más aguda a causa del miedo.
— Excelente. — Dijo tras un gruñido, para después sonreír con malicia.
Red Son levantó rápidamente el bastón y exclamó al aire. — Juntos, nosotros, la familia Demon Bull, sumergiremos este mundo en la oscuridad eterna.—
Seguido de una risa malévola.

MK, quien seguía en la misma posición, tembló de miedo cuando el pelirrojo terminó la frase, pero ese miedo cambió de dueño cuando el pájaro que estaba apoyado en el caño del que se sujetaba MK posó sus ojos en él, para después picotear con más fuerza su mano.

Y cayó. Por mala o buena suerte, en el momento mala, cayó encima de Red Son, y tan fuerte que el suelo se sacudió debajo de ellos, el bastón salió volando a alguna otra parte del lugar y una nube de polvo los tapó.

— ugh — se quejó MK por el dolor de la caída. Miró al frente dándose cuenta de su situación, Demon Bull King dio un paso adelante y lo miró amenazantemente, junto a la princesa Iron Fan y los robots toro. 

MK rió incomodo y preguntó — ¿alguien pidió fideos? — Mientras levantaba la bolsa con fideos lentamente. — ¡quítate de encima, tonto! — Red son, quien se había quedado quieto debajo de MK todo este tiempo, se reincorporó rápidamente tirando a MK de arriba suyo. — ¿comprendes tu error? ¡Arruinaste mi—

Y ahí pasó, el momento en el que sus miradas se cruzaron, sus oídos se taparon y lo único que pudieron escuchar fueron sus latidos entrelazados, como si sus corazones fuesen uno solo. El mundo a su alrededor se volvió borroso y lo único que podían apreciar eran sus rostros, ambos con una expresión de sorpresa, los ojos dilatados y un singular brillo en estos.

Y en el momento que fueron finalmente conscientes de algo que no fuese la belleza del otro, cayeron en cuenta de su situación.

Eran almas gemelas.

Two hearts that beat as one[spicyNoodles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora