Cómo la prensa inicio el Harmione

Capitulo único

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de tweety-src-clt9 y fue beteada por Julietta Regneey.

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Hermione Granger, un ratón de biblioteca sabelotodo de veinticinco años, se apareció en Diagon Alley tan pronto como comenzó su descanso para almorzar en el ministerio. Hoy era el lanzamiento de la última edición de su libro mágico más querido de todos los tiempos, Hogwarts: Una Historia. Su libro mágico favorito se actualizaba cada quince años para narrar los cambios significativos que ocurrían en la colorida historia de la escuela de magia y hechicería más prestigiosa de toda Europa. Lo que hacía que esta edición fuese más especial, era el hecho de que ella, Hermione Granger, aparecería debido a sus aventuras escolares con sus dos mejores amigos, Ronald Weasley y Harry Potter. Ese era el nirvana absoluto para un ratón de biblioteca, aparecer en el mismo libro que le encantaba leer y, por lo tanto, no podía esperar para obtener una copia.

—¡Buen día, señorita Granger! Ansiosa por conseguir su copia del nuevo Hogwarts: Una Historia ¿eh? —saludó alegremente el señor Blott.

—¡Hola, señor Blott! Usted me conoce bien —se rio entre dientes.

—¿Quieres mirar a tu alrededor primero o simplemente pagar directamente por la copia que te reservé? —preguntó el hombre con una sonrisa de complicidad. Siendo la clienta más leal de Flourish y Blott desde 1991, el año en que comenzó su educación mágica, los propietarios de la librería siempre han estado muy interesados en satisfacer sus necesidades.

—Pagaré directamente, señor Blott. Tengo que ir a almorzar y si me quedo, me perderé entre los tomos —se rio.

—Aquí tiene entonces, señorita Granger. La 20va edición de su libro favorito. ¡Ah! y también reservé una copia de La Bruja Moderna solo para usted —el hombre le guiñó un ojo en broma.

—¿Por qué me guardo una copia de La Bruja Moderna, señor? —Hermione consultó con confusión. La Bruja Moderna era la revista de Lavender Brown, Luna Lovegood, Fleur Delacour-Weasley y la última aventura empresarial de Ginny Weasley. A veces, las gemelas Patil también enviaban sus propios artículos. Padma, como Sanadora, daba consejos de salud para las brujas y Parvati, aconsejaba a las mujeres casadas, especialmente a las nuevas mamás, basándose en su experiencia personal como esposa de Seamus Finnigan mientras cuidaba a su hija. Esas cuatro mujeres, fundadoras de la revista, terminaron siendo muy buenas amigas, especialmente después de la guerra. Ocasionalmente tenían una fiesta de pijamas y en una de esas pijamadas, durante su turno como anfitriona, las chicas se toparon con su revista muggle favorita, la Cosmopolitan. Dado que la "cosmo" contenía todo lo que una mujer querría leer, sus amigas se pusieron celosas del hecho de que el mundo muggle tuviera una revista que era literalmente la mejor amiga de una mujer. El contenido disponible en Witch Weekly era demasiado conservador para la naturaleza atrevida de sus amigas. Como Luna es hija del dueño de una revista, sugirió que todas inventaran una versión mágica de la Cosmopolitan. Para sorpresa de Hermione, sus tres amigas estuvieron de acuerdo. Luna se convirtió en la editora en jefe, Lavender en la gurú de las relaciones y los cosméticos, Fleur se centraba en el desarrollo de la moda y la personalidad y Ginny escribía artículos sobre los magos más candentes y fitness. Harry siendo siempre el amigo solidario, financió la revista tal como lo hizo con Weasley's Wizarding Wheezes. Dos años después de su primer número, La Bruja Moderna era la revista para mujeres más leída en el mundo mágico.

—¿Por qué no lo ve por sí misma? —susurró el señor Blott con complicidad mientras le entregaba la revista.

Ella miró la portada y jadeó. Allí, en el centro de la brillante página fondo azul bígaro, estaba Harry James Potter sin camisa y con pantalones de Quidditch, con una Firebolt 3000 en su hombro izquierdo. Su bíceps derecho estaba flexionado, ya que estaba apuntando su varita hacia su barbilla con una mirada de presunción y traviesa contemplación. Era como si estuviera pensando en un sexy secreto. El Harry de la portada estaba quieto, como en una foto muggle. Hermione chilló cuando tocó la portada para hojear los artículos. Harry Potter le guiñó un ojo y enarcó una ceja juguetonamente como si la desafiara.