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El rubio estaba acostado en la cama, su respiración estaba tranquila, lenta, símbolo que se encontraba en los brazos de morfeo, pero al soltar un ligero ronquido se despertó, su propio ronquido le arrebató el sueño, Menma de inmediato notó que su querido Omega no se encontraba entre las sábanas de su cama, por lo que se levantó al instante mirando los alrededores de la habitación sin éxito alguno, estaba a punto de gritar hasta que escucho ruidos en la cocina, como si alguien estuviera preparando un platillo.

Ni siquiera lo pensó dos veces antes de salir rápidamente de la habitación e ir a la cocina, ahí se encontraba Charasuke, estaba vestido con solo la camisa de su alfa a mitad del trasero, con un boxer azul metálico resaltando la firmeza de los glúteos, aunque esto pasó de largo para Menma, quién estaba alerta, pues no sabía que decir, hasta que el Uchiha se giro para verlo soltando una ligera sonrisa.

-¿Qué son esas fachas Alfa?- Cuestionó el pelinegro hacia el Uzumaki, con un toque de burla.

Era una pregunta válida, pues el rubio tenía el pelo desordenado y un hilo de saliva en la barbilla, la ropa no lo ayudaba, pues solo llevaba un boxer puesto, Menma limpio el rastro de saliva con su muñeca negando con la cabeza mientras caminaba hacia el pelinegro, aún asombrado que el chico se haya levantado de la cama por voluntad propia.

-Chara...- El Alfa no sabía que decir, solo se dedicó a abrazar al pequeño Uchiha por la espalda, cuidando de no estorbar en los labores del platillo.

-Menma, aún siento que pude evitar este desenlace- Susurró Charasuke con tristeza, sin embargo el Uzumaki no interfirió, esperó pacientemente a que su pareja siguiera hablando, cosa que hizo -Y aunque aún no lo superó, ni creo superar lo que pasó, yo... También quiero ser tu apoyo- Finalizó el chico cerrando la olla para que terminará de cocerse su platillo.

Charasuke se volteó para corresponder el abrazo, apreciaba mucho lo que Menma hizo por él, sabía que el Uzumaki también había sufrido la perdida de su cachorro ¿Cómo no hacerlo? Era el hijo de ambos, ni siquiera habían tirado las cosas que compraron para el bebé, por ello quería consolar a su alfa, había sido muy débil los 4 meses desde el parto, se aisló, con suerte Menma salía una vez por mes para surtirse de alimentos y productos de limpieza, nadie en la aldea les reclamó nada, ya sea por simpatía o lástima, sin embargo, si les llegaban cartas donde invitaban a los jóvenes a salir o recobrar su trabajo.

Dejando eso de lado, Charasuke intentaba levantarse, quería dejar de ser tan dependiente del rubio, se sentía inútil si solo se dedicaba a dormir y comer, incluso el rubio lo llegó a bañar, más tranquilo volteó su vista a los ojos azules del chico, sonrió levemente para plantarle un corto beso en los labios, se sentía tímido, había pasado un tiempo desde que él iniciaba un gesto de cariño, siempre los iniciaba el Alfa.

-¿Por eso preparaste rámen?- Pregunto divertido el Uzumaki mientras arqueaba la ceja, era un gran avancé que el pelinegro cocinará pues la única razón de que el Uchiha tomará clases de cocina era por su cachorro.

-Iba a ser una sorpresa pero te levantaste antes, es más ¡Vuelve a la habitación y finge que duermes! En unos minutos iré a la habitación y te daré tu comida, después te harás el sorprendido- Exigió Charasuke dando pequeños golpecitos en el pecho de Menma, estaba haciendo un mini berrinche.

"Adorable" Pensó el rubio, era lindo recobrar buenos momento, suspiro bajando una de sus manos hasta el trasero del pelinegro, dándole una nalgada con una sonrisa traviesa.

-A sus órdenes magestad- Se burló el rubio separándose del abrazo para caminar hacia la recámara mientras recibía reclamos del pelinegro.

Menma se acostó y fingió dormir, minutos después entro Charasuke a la habitación con el desayuno encima de una mesita, se sentó en la orilla de la cama y dejo el desayuno sobre el buró al lado de la cama, aún en su papel movió con una mano el cuerpo de Menma.

El dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora