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-Pago con tarjeta- Respondió el rubio comprando casi 61755,70000 yenes, no sabía por cuánto tiempo iba a estar afuera así que compro toda la comida suficiente para dos meses.

De hecho, Menma se llegó a reír mientras ponía los productos en el carrito del super, pues había comprado la comida chatarra que le encantaba a su Omega cuando años atrás él mismo le había prohibido comer esa porquería, tiempos donde el cortejo era primordial, aunque está vez el Omega cortejo a el Alfa, rara vez se veía y en su caso acertó.

-Menma ¿Cómo está Charasuke?- Cuestionó la cajera con amabilidad y preocupación, ver tanta comida le sorprendió.

-A mejorado bastante, gracias por preocuparte- Con esas palabras la empleada quedo tranquila, si algo le había pasado al pelinegro, el Uzumaki no se quedaría de brazos cruzados.

Menma se llevaba muchas miradas en la calle, principalmente porque se corría el rumor de que regresaría a las misiones, fue una pena que se retirará estando tan cerca de un ascenso, pero era un alivio para sus padres y seres queridos que regresará poco a poco a su vida antes del incidente, sin embargo, ninguno se atrevió a hablarle por miedo a que llegase a retractarse.

Cuando por fin llegó a su casa, bajo los paquetes que llevaba para sacar las llaves y abrir la puerta, entro y cerró detrás suyo la entrada, una vez adentro acomodó la despensa sumergido en la tranquilidad, sin embargo, había mucho silencio, tanto que preocupo al rubio, una vez que termino de ordenar subió a su habitación con rapidez entrando al dormitorio.

Miro alarmado la habitación notando que Sasuke estaba secándose desnudo con una toalla, mostrando su silueta pálida a la vista del mayor, el pelinegro se volteó para ver a su pareja sonriendo en el acto.

-Quitaté la ropa- Fue lo único que pronunció antes de quitar las cobijas y las sábanas de su cama, para ponerlas en el suelo sobre la colcha que había puesto con anterioridad.

El Omega aún seguía desnudo, recibiendo una mirada de lujuria del Alfa, hace tiempo que no habían hecho el amor, deseaba a su pareja aún más que antes, respiro de manera lenta sabiendo que la frase de Sasuke no tenía doble sentido, el menor solo quería vestir con su ropa para disfrutar al máximo el mejor nido que estaba preparando, era muy espacioso y tenía ropa del rubio por todas partes.

-Aún no entiendo porque no me permitiste armar el nido, yo pude hacerlo- Dijo Menma soltando sus feromonas antes de quitarse la camisa.

-Veamos~ Tu ya limpiaste la casa, fuiste por la despensa, arreglaste los problemas del agua, irás a trabajar... Creo que yo puedo hacer el nido- Comentó el chico pelinegro terminando de acomodar las cosas para caminar hacia su esposo, agarrando la camisa impregnada para ponérsela, inhalando el dulce aroma.

El Uzumaki humedeció antes sus labios para abrazar a el Uchiha por la cadera, pasando sus manos por debajo de la camisa pegando el cuerpo ajeno al suyo, Menma guío su boca al cuello del Omega para repartir varios besos húmedos, estaba muy ansioso, no podía estar separado de Sasuke por mucho tiempo y ahora con las misiones se iría por un tiempo indefinido y cambiante, en estos momentos se estaba arrepintiendo.

Sasuke se limito a soltar una risa con sus mejillas sonrojadas, no quería arruinar el momento pero se separó del rubio para caminar hacia el nido, acostándose sobre él aún con la camisa puesta, Charasuke tenía planeado hacer el amor con Menma, solo que no quería proponerlo por pena, así que pensó un plan para que fuera el Alfa el que iniciará tal intención.

-Menma~ Ven- Fue lo único que pronunció alzando los brazos, manteniendo una sonrisa traviesa.

Muchos meses de abstinencia se vieron reflejados en la desesperación del Uzumaki, pues en menos de 10 segundos ya estaba envuelto en los brazos del pelinegro, aspirando su aroma a moras, sin previo aviso unió sus labios con los contrarios formando un beso necesitado, hundido en la desesperación, pasaron varios minutos así, besándose sin parar, con el Uchiha semidesnudo, portando solamente la camisa del Alfa, en un cambio de posición donde el Omega se encontraba ahora arriba del Alfa fue cuando se sentó sobre la cadera del rubio.

-Amor, quiero ver todo de ti... Absolutamente todo- Insinuó el pelinegro frotando su cadera sobre el miembro del rubio.

Menma no lo pensó mucho para levantarse ligeramente del nido para quitarse el pantalón y botarlo en el mismo nido, sabía que el Omega solo jugaba previamente antes de que perdiera la autoridad y comenzar a suplicar, el rubio soltó un gruñido antes de llevar sus manos a los pezones del chico, peñizcando cada uno sobre la camisa, sabiendo que esto era perfecto para que el Omega sacará sus dulces feromonas al aire, si, los 3 años de casados no fueron en vano, ya sabían las debilidades íntimas de su pareja.

-¡Ah!~ ¡Menma! Eso no es justo- Exclamó él pelinegro dejándose caer sobre el Alfa, cayendo en la sumisión -Era mi momento de jugar- Comenzó un puchero.

Aunque eso provocó cierra ternura para el ojo azul, Sasuke recorrió sus manos sobre el abdomen de su esposo, comenzando a besar el pecho café bien formado del contrario, era un fetiche que tenía, descubrió en la quinta cita que el pecho del Uzumaki era un regalo de los dioses.

-No hay problema, tenemos toda la noche para complacerte- Susurró Menma con un tono de voz grueso y demandante.












Semen, sábanas arrugada, condones y el olor de ambos inundaba toda la habitación, los dos chicos estaban acostados en su pequeño nido de amor, con el Alfa abrazando por detrás al Omega después de toda una noche de pasión, ambos era muy activos en ese ámbito de su vida, por eso sabían que el Uchiha que no se podría levantar al día siguiente, aún así los dos chicos seguían durmiendo, el primero en despertar fue el pelinegro pero no por su gusto, habían tocado el timbre de la casa y sabía lo que una persona coherente haría.

-Menma.... Menma... Alfa- Empezó a decir, para ser más exactos, murmurar con una voz ronca.

Sin embargo no abrió los ojos ni hizo el intento de levantarse.

-Mhm...- Fue la única contestación que salió del rubio, aferrándose de la cadera de su Omega.

-Alguien toca la puerta, dile que no estamos- Menciono Chara tapándose con las sabana que le dió Menma antes de dormir.

El Alfa no cuestionó la lógica de su amado, de mala gana se levantó, no sin antes darle un beso en la nuca de a su pequeño, se levantó escuchando nuevamente el golpe de la puerta, suspiró sacando un bóxer limpio de su cajón y lavando se la cara con molestia, esperaba tener una mañana tranquila después de esa noche fantástica, pero alguien venía a arruinar sus planes.

-¡Ya voy!- Fue lo único que pudo gritar para comenzar a caminar descalzo hacia la puerta, una vez la abrió se sorprendió.

El hermano mayor de su pareja lo miraba de arriba a abajo con desagradó, imaginándose lo peor...

-¿Y mi hermano?- Preguntó Itachi entrando sin ninguna invitación.


















El dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora