V: Apariencias

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Narra la narradora:

Las tres quedaron anonadadas ¿eso era realmente posible?¿podrían volver a ser como antes?¿volver a tener su apariencia?

Si, solo él puede hacer eso.

Antes de que se dieran cuenta estaban siendo rodeadas de un aura negra, tenebrosa y seca. Absorbía su luz celestial, dolor puro. Era morir de nuevo y renacer.

Todo se volvió negro para las tres. Al ir abriendo sus ojos lentamente fueron acostumbrándose a la luz, miraron sus manos, si manos. Era impresionante, al fin, un cuerpo propio.

Bribe, el alma negociante:

Cuando la obscuridad abandono su cuerpo se pudo ver a una mujer que no aparentaba más de 28 años, cuando en realidad tenía 34 años, su cabello era castaño claro, cepillado y sedoso, sujeto al final de la coronilla. Sus ojos, almendrados, poseían un color pardo, era de una tes clara radiante y fresca. Vestía de prendas del siglo victoriano, un bello vestido inglés de mangas aglobadas, con una cálida que llegaba hasta el mismo suelo, dorado, guantes blancos con encaje y unas perlas naturales adornaban su cuello, haciendo conjunto con unos bellos aretes. Estaba claro que era de clase alta.

Fairness, el alma conflictiva:

A diferencia de Bribe, ella se mostraba totalmente cómo una fiera. Se notaba que era joven, no tenía más que 21 años, su cabello era pelirrojo alborotado, amarrado en una coleta, sus ojos eran verdes, sus párpados eran decorados por una delineado felino casi perfecto, tes trigueña, algo quemada por el sol y tiernas pecas adornaban su rostro. Una chica moderna, una chaqueta de cuero, un top, pantalones cortos hasta la mitad del muslo, panti medias rasgadas y botas. Ella se veía realmente dura.

Y por último, pero no por eso la menos importante

Mild, el alma compasiva:

Era realmente linda, sus facciones mostraban gentileza y paz, de no haber sido humana, tal vez ella sería un ángel. Tendría unos 29 años, su cabello era castaño oscuro, casi rozaba el negro, estaba en una melena con las puntas hacia afuera, un lazo amarillo pastel adornaba y sujetaba su cabello dejando un fleco. Sus ojos tenían una color marrón intenso y lindas pestañas largas, tenían un estilo a los 50s, ese tierno vestido amarillo pastel combinado con su lazo dejaría a cualquier mortal abobado. Ella era irrealmente perfecta.

Las tres lo eran, eran realmente bellas.

El mensajero se quedó sorprendido, jamás había visto humanas tan lindas, así que un leve rubor cubrió sus mejillas, en cambio él solo las miraba.

- Debemos irnos, tenemos que empezar - dio media vuelta y se fue caminando de ahí, las almas lo siguieron con paso acelerado al ver que el se alejaba y el mensajero iba detrás apreciando la belleza de cada una, pero en particular le llamaba la atención, Mild.

Ella realmente le pareció perfecta.














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