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NO SOY LO SUFICIENTE PARA TÍ
P.B.V
No dormí nada pensando en la puta nota, ¿qué cojones significaba eso?, seguro habría sido una broma de mal gusto pero no iba a comunicárselo a nadie, no me apetecía meterme en problemas nada más llegar aquí y estaba demasiado agotada como para lidiar con alguno.
Mientras me sumergía en mis pensamientos sonó el despertador, maldecí por lo bajo, me estiré un poco y me levanté de la cama. Acto seguido me dirigí al baño, me mire en el espejo—estaba echa una mierda—pero creo que aún no perdía mi encanto, mi belleza no era increíble pero me defendía en ese aspecto, tenía el pelo marrón oscuro y ondulado, con unos ojos azules como el cielo, mi nariz era bastante pequeña pero respingona y como había llevado aparato de más pequeña ahora tenía una dentadura recta y bien cuidada.
Entonces me paré a mirar mi cuerpo: había adelgazado bastante este verano, con toda la mierda que pasé no tenía ganas ni de comer, aun así no perdía mis no-muy-exageradas curvas, pero si que estaba muy disconforme con mis costillas todas notorias en la parte alta de mi abdomen.
Dejé a un lado esos pensamientos y procedí a darme una ducha rápida, peinarme, ponerme el uniforme—el cual no me quedaba nada mal—y por último hice mi cama y esperé unos minutos hasta que por fin sonó el primer timbre, el cual indicaba que era la hora de bajar a desayunar.
Salí de mi habitación guardándome la llave en el bolsillo y fue entonces cuando vi por primera vez a otras pacientes en este sitio. Las miré confundida y de mala gana, sinceramente, era horrible y es que de este sitio parecía que solo yo era la única capaz de guardar la compostura, a veces me pregunto si de verdad estoy tan enferma, la mayoría parecían estar locas por como gritaban.
Miré a través del pasillo y al final había un guarda gritando algo, e instintivamente todas las chicas empezaron a hacer una fila de uno dejando de gritar y volviendo a parecer gente normal. No tenía ni idea de qué estaba pasando—cuánto les cuesta advertir de todo esto en la entrada—en fin, me limité a hacer lo que todo el mundo y entonces vi cómo la fila avanzaba y la gente del principio iba bajando las escaleras cuando terminaba de hablar con el guardia en lo que supongo sería un reconocimiento. Ya estaban llegando a mí cuando de repente una paciente empezó a llorar.
—Por favor... No me lleven allí, no quiero...Por favor, es horrible—dijo con el último suspiro que le quedaba mientras otros dos guardias la agarraban para llevársela.
—¡No, Soltadme!—dijo esta vez pasando por mi lado siguiendo su camino hacia el edificio anexo que conectaba con el final del pasillo.
Estaba alucinada, seguía mirando a los guardias que se la llevaban extrañada y asustada, no entendía nada y este sitio cada vez se parecía menos a lo que me habían enseñado y en verdad solo habían pasado unas horas, entonces la chica de delante mío me sacó de mi trance.
—No te preocupes por ella, es puro teatro y estará bien—dijo notando que yo era nueva aquí.
—¿Pero a dónde se la llevan, que hay en ese edificio?—dije yo entonces con la curiosidad floreciente en mi interior.
—Nadie sabe, se supone que unas habitaciones mas vigiladas y que se parecen más a jaulas para los internos que incumplen normas o se consideran peligroso.
Entonces asentí, era lo mismo que me había dicho la directora pero se me hacía un poco raro, al fin y al cabo a todos le dirían lo mismo así que no la chica tampoco tendría mucha más información. De echo no sé por qué pensaba que había algo detrás de aquella información, creo que ya estaba delirando por la falta de sueño y comida.
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JUEGO SIN SALIDA
Mystery / Thriller--¿Todo esto fue un juego? Era imposible... --pensó primero Amelia... --Pobrecita, que ilusa--pensó entonces el monstruo que la acechaba. Pero lo que ninguno sabía era que Amelia tenía ángel de la guarda propio y la protegería para siempre.