Capítulo 3.

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Toc toc (tocan a la puerta)

Hay alguien en la puerta, no espero a nadie. Después de que escuché lo que tramaban Frez y ese extraño, tomé la decisión de esconderme lo mejor que pudiera, llamé a Paula para pedirle ayuda pero no contesta y no puedo darme al lujo de abrirle la puerta a cualquiera sin más. Me agaché hasta el piso y traté de mirar hacia afuera por la rendija que queda entre la puerta y el suelo, pude observar claramente que eran las sucias y desgastadas botas de Paula.

-Al fin estás aquí, te he esperado mucho tiempo- le dije a mi amiga después de abrir la puerta.

-De qué hablas, los jueves siempre vamos a la plaza- me dijo Paula sin darse cuenta de un pequeño detalle- qué te pasó en los ojos, qué ocurre en tu vida- preguntó muy sorprendida.

-Habla en voz baja, nadie nos puede escuchar, me han pasado cosas extrañas. Descubrí que Frez fue el culpable de la muerte de mis padres.

-Pero estás segura?, cómo lo descubriste?- Paula no lo podía creer.

-Hace unas noches estaba en la ventana tomando un té de hierbas rosas mientras vi que una sombra extraña se acercaba y entró al bar de Frez, fui hasta allí y escuché toda la conversación, y desde esa noche mis ojos tienen este color-le dije mientras caminaba de un lugar a otro.

Mi amiga se quedó sentada, sin habla, no se movía, solo pensaba.

-Sarah, discúlpame por lo que diré pero creo que a tus padres le sucedió lo mismo que a los míos, todo es muy confuso y sospechoso-me dijo, con un nudo en la garganta-lo mejor que podemos hacer es dejar ir las cosas.

-Eso no tiene ningún sentido, aquí pasan muchas cosas raras, hay personas muriendo y desapareciendo sin motivo o explicación, debemos encontrar la manera de descubrir lo que sucede- le dije con un tono alterado.

-Nadie mejor que yo te entiende, créeme, estoy en tu misma posición; pero, no sabemos quién es el sospechoso ni dónde buscar pistas. Lo único que sabemos es que tú miraste que un donnadie llegó al bar del túnel de enfrente y tuvo una conversación sospechosa con Frez, pero eso no es suficiente, o si?- me dijo Pau totalmente confundida, sin saber qué hacer o por dónde empezar.

Al final decidimos ir a la plaza, allí Pau iba a poner todo su cerebrito en función de hackear a Frez y conseguimos algo de información. Descubrimos que Frez venía de una familia de Gremlins numerosa que se dedicaban a recolectar chatarra y construir relojes. Tenía tropecientos de hermanos y hermanas que hacían lo mismo que su padre y abuelo: seguir el linaje de la familia. Pero él no quería ensuciarse las manos con grasa para tuberías, no quería pasar su vida de un lugar a otro con ´´basura reciclable´´; era muy ambicioso. Pretendía ser un gran empresario y deseaba empezar su propio negocio como otros Gremlins que admiraba cuando era pequeño. Su familia hizo todo lo posible, que comprendiera que se trataba de un linaje familiar, que cada familia tiene sus propias tradiciones y que eso es algo digno de respetar. Pero Frez no comprendió esto, así que dejó a sus parientes a un lado para hacer lo que tanto anhelaba, pero a qué precio.

Después de buscar tantas ofertas encontró ese local totalmente abandonado y empezó desde cero, hoy ese lugar es su bar, su negocio y su casa.
Después de deducir toda esta información solo con mirar la cantidad de fotos que posee en su escritorio principal, la tristeza con que la mira y una nota enmarcada de su madre, pensamos que lo mejor sería que yo fuera al bar de Frez y Pau desde aquí me iba a decir si alguien se acercaba o no, desde la plaza podía hackear las cámaras de seguridad del local y tener el control de todo.

Llegué al túnel principal, donde se encontraba el bar y había muchas especies ahí. Esto es algo bueno, así existía una distracción y yo podría escabullirme hasta su oficina principal sin problemas. Nada de esto ocurrió como lo planeé.

Me di cuenta que en la entrada del lugar habían guardias de seguridad, cosa que nunca entendí porque las criaturas de Timea no eran agresivas, en lo absoluto. Estos seres se mantenían firmes en la entrada y observaban todo a su alrededor detenidamente, supuse que me buscaban y trate de ser lo más discreta posible. Logré entrar entre la multitud y me senté en las últimas mesas del lugar.

-Hola, qué desea pedir?- me dijo una camarera mientras tomaba nota.

-Dame una infusión- le dije mientras bajaba la cabeza y buscaba ´´algo´´ en el bolso para evitar que me viera el rostro.

La camarera asintió y trajo la bebida.

-Ves la puerta que está a la derecha? Ese es el despacho que estamos buscando, tienes que llegara ahí ahora mismo, Frez no está en el lugar hoy- me dijo Pau.
Pagué la infusión dejando unos peniques sobre la mesa y logré llegar a la puerta, aprovechando el cambio de turno de los guardias de seguridad y camareras. Al entrar vi desde cerca todas esas fotos familiares, en la esquina de la mesa unos documentos dentro de una carpeta llamaban mi atención. Cuando los abrí tenían información recopilada de mi; después de tanto tiempo pude encontrar aquel brazalete hecho por mis padres que me regalaron en mi cumpleaños y aquellos fragmentos de cabello que decidí cortarme hace algún tiempo.

De pronto, cae una hoja que era un documento oficial del gobierno. Era una carta de Izzie, la esposa del Comandante le escribía cartas a Frez para que me siguiera de cerca. Nunca utilizó nada específico, solo escribía: ´´vigila de cerca a la oveja negra, ella es diferente al rebaño´´. No entendía qué tenía que ver el gobierno en todo esto, ni tenía claro si el comandante tenía conocimiento de esta situación.

-Pau tienes que ver esto, mira lo que….- me interrumpe Paula.

-Ten cuidado, se aproxima alguien pequeño y se mueve rápido, puede ser Frez- me dijo Pau con un tono de preocupación.

Caminé de un lado a otro, era un lugar muy pequeño, no sabía dónde esconderme. La mesa y el closet eran muy pequeños para mí. Escuchaba los pasos que se acercaban y no sabía qué hacer, solo me movía muy rápido por el estrés. Sin darme cuenta se cayó aquel objeto raro que le compré a mi amiga el día de la feria de ciencias, pero no alcancé a cogerlo porque en ese mismo momento Frez abrió la puerta y entró.

-Sarah me escuchas?...Sarah?- preguntaba mi amiga, dejándola en un gran suspenso al ver que yo y Frez estábamos en el mismo lugar.

Y ahí estaba yo, fría y estática, como la bola de cristal que cayó de mi bolso en el medio del despacho mientras que el pequeño jefe organizaba su escritorio. Me di cuenta que no me veía. Así descubrí mi súper poder.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2022 ⏰

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