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E
ra el último día en Tailandia. Habían alquilado un yate y ahora se dirigían a otra de las islas. En esta había un grupo de arrecifes que bordeaban la playa sirviendo de muralla. Se instalaron en la playa, debajo de la sombra de unos árboles. Tenían un chef a bordo que les preparó varios platos característicos del lugar. La mesa fue preparada en la playa.
Los tres hermanos se metieron al agua. Ryu HaeSuk y su mujer entraron detrás de ellos. HyunSeo chapoteó hasta su padre, estaba aprendiendo a nadar. Él la tomó en sus brazos y se alejó un poco. Su madre la esperó con los brazos abiertos y cuando logró llegar hasta ella, todos aplaudieron.
HyunSeo sonrió orgullosa de sí misma.
Poco después de que regresaron de sus vacaciones, la vida de Hyungwon dio un giro significativo. Sus padres habían estado preparando su futuro desde hacía años, y el momento de ir a la universidad había llegado. Sabían que, para convertirse en el líder que esperaban, Hyungwon debía tener una educación de primera clase. Al finalizar sus estudios preuniversitarios, sus padres le aconsejaron hacer el servicio militar. Y después de varias conversaciones, decidieron enviarlo a estudiar en el extranjero, a una de las universidades más prestigiosas de Londres: la London School of Economics and Political Science (LSE).
Hyungwon fue aceptado en el programa de Administración de Empresas y Finanzas, una carrera que frecuentemente elegían los hijos de familias adineradas para prepararse para tomar las riendas de las empresas familiares. Era el camino obvio para él, ya que su padrastro, Ryu HaeSuk, siempre había esperado que eventualmente Hyungwon dirigiría la empresa familiar. Aunque nunca había mostrado un gran interés por los estudios, entendía que este paso era necesario para mantener la apariencia de responsabilidad ante su familia. Sabía que su madre confiaba plenamente en él para cumplir con las expectativas, así que no podía ignorar el futuro que le habían trazado.
Londres se convirtió en su nuevo hogar, un lugar de contrastes. La ciudad vibrante y cosmopolita le ofrecía tanto las oportunidades académicas como un sinfín de distracciones. Durante el día, asistía a clases en LSE, rodeado de compañeros que, como él, provenían de familias adineradas y se preparaban para asumir grandes responsabilidades. Aunque las conferencias sobre mercados financieros, liderazgo corporativo, y estrategias empresariales lo mantenían ocupado, por las noches salía a divertirse con su grupo de amigos. Encontró en la ciudad el equilibrio perfecto entre su vida académica y su interés por el juego, sabiendo que, al menos por un tiempo, podría mantener ambas facetas de su vida bajo control. En aquel momento era una distracción inofensiva.
Mantuvo su relación con JaRin a distancia. Ella estudiaba en Corea y él, en Europa. Fue durante sus vacaciones, cuando decidieron verse fuera de casa. Él alquiló una cabaña en las faldas de una concurrida montaña. Ambos eran mayores, y estaban seguros de sus sentimientos.
-Nos casaremos -le aseguró Hyungwon, besando su frente, después de hacer el amor-. Hablaré con mamá primero. Quiero que vengas conmigo, puedes seguir estudiando en Londres.
