Suspiró nervioso por cuarta vez en el día. Habían pasado 2 días desde la última carta que le envío a Manjiro, ¿Por qué? Simple, todos las tardes de la anterior semana tuvo clases extras ya que estaba a punto de reprobar, aprovechó que tuvo clases con su maestra de poesía para pedirle ayuda con algunas cartas y así poder entregarlas.
Durante dos días tuvo que hacer las tareas que le faltaban ya que los maestros no querían darle un trabajo extra o un examen para poder pasar. Por suerte, su maestra de inglés era una buena persona y decidió ayudarlo con su carta de hoy al término de su clase.
Así que aquí estaba. Todas las cartas que había entregado, no lo había hecho el, si no sus amigos. Para mala suerte de Takemichi, todos estos tenían aún más clases extras, así que el tendría que entregarlas.
Queestupidos¿Porquénopodiansermásresponsables?
Se estaba dirigiendo a un paso lento al salón de Manjiro Sano. Se suponía que a esta hora Manjiro Sano iba a reunirse con sus compañeros a comer en la azotea así que le sería más fácil entregar la carta.
Al llegar al salón pudo notarlo vacío. Con mucho cuidado de no mover nada se dirigió a la butaca de Manjiro.
Querido Sano-senpai.
Han pasado dos días desde la última vez que le envié una carta. He estado muy ocupado con las clases extras y trabajos atrasados. Los maestros son tan geniales, en especial la maestra de inglés.
Ya, ya, está vez no pude hacer algún postre por mi mismo así que te compre algunos dulces que me gustan mucho.
Espero que tengas un excelente fin de semana:D.
Att: Chico postre.
— ¡Tu! — Gritó alguien atrás de él
Mierda.
— Sano-san — Fué lo primero que dijo al voltear.
— ¡Tu eres el chico que envía las cartas! — Dijo mientras se acercaba apuntando lo con su dedo.
— No... Y-yo...
— ¿¡Tu que!?
¿Qué si tenía miedo? Claro que lo tenía. Estaba seguro que vomitaria en ese mismo instante. ¡Takemichi no había planeado esto! ¿Qué debía hacer ahora?
¿Quién podrá ayudarlo?
— ¡No soy yo, yo solo entrego las cartas! — Gritó cerrando sus ojos
Takemichi no quería que Manjiro lo conociera, o al menos no de esta forma. Planeaba embrujarlo y hacerle un amarre para que cuando se conocieran su físico no sea importante.
¿Quién dijo esa pelotudez de que el físico no era importante? Claro que lo era, según el.
— ¿Eh?
— S-si... ¡Yo entrego las cartas de un amigo!
— Dices. — Respondió rodeándolo para llegar a su butaca y observar la pequeña caja con dulces dentro.
— Y-yo... ¡Ya cumplí con mi cometido así que me voy!
— Si vieras cuánto me importa.
Grosero.
Y así salió del salón. ¿Ahora que iba a hacer? ¡La había cagado por completo!
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Postres para Manjiro Sano | 𝑚𝑖𝑡𝑎𝑘𝑒
FanfictionDónde Hanagaki Takemichi le envía postres a Manjiro por un mes.