Capítulo 24. Los temores de una madre

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He decidido que si no encuentro el nombre, los nombrare como me surga de la... imaginación, si de ahí...
Sin más disfruten

Elena, también conocida como Lady Parkinson, no supo que hacer cuando a su casa le llego una carta de Gringotts que anunciaba un contrato matrimonial de su hija, con Lord Lestrange, la carta rezaba:

 

Señor y señora Parkinson.

Le informamos que el matrimonio firmado por su casa y la casa Lestrange fue formalizado en la presente fecha toda vez que Lord Lestrange se encuentra en capacidad matrimonial como su propia hija.

Si desea tener más conocimiento sobre este acuerdo, en la máxima secrecía, puede acercarse a su duende administrador o al de Lord Lestrange.

 

Sin más por el momento

Gringotts

 

Ni ella, ni su esposo necesitaban saber más sobre el contrato, los Lestrange eran famosos por respetar las costumbres más antiguas, desde las más aceptada como la supremacía de la sangre, hasta las mal vistas actualmente como tratar a los muggles como vil mercancía, si querías uno, para divertirte, torturar, experimentar o lo que quisieras, lo tendrías con ellos, aunque claro, en tiempos recientes antes de su captura la mayoría había abandonado el negocio, teniendo a pocos miembros ejerciéndolos.

Pocas eran las costumbres que los Lestrange abandonaban, una de las que nunca abandonaron fueron los contratos matrimoniales.

Desde hace unos 200 o 250 años la bruja común dejo de ser un objeto, antes para sobrevivir debías ser una bruja altamente talentosa o tener el poco común respaldo de tu familia u esposo, ahora era fácil para una mujer ser una Lady sin marido, eran públicamente respetadas en general, aunque la mayoría de las mujeres sangre pura eran simples trofeos, se exigía un mínimo de respeto hacia ellas en forma privada y el máximo respeto en público, los contratos actuales se aseguraban de ello.

Pero los antiguos no, los anteriores eran incluso peores que el vasallaje, en este la magia te hacia proteger al vasallo si este lo exigía, pero en los antiguos, la magia no te daba ningún derecho de exigir nada, literalmente podías ser golpeada, y violada hasta al borde de la muerte y fuera de una venganza personal, ni la magia ni la ley podrían intervenir, ya que en el Wizengamot, se establecía un respeto hacia las costumbres internas de una familia, aunque no estén bien vistas, mientras no sean públicas o no haya pruebas.

Ella era una esposa trofeo, la cual tenía que estar lista para cuando el quisiera sexo, quien tenía que usar ropa reveladora para el disfrute de sus visitantes y que de vez en cuando tenia que acostarse con algunos socios de su esposo por ordenes de él para conseguir mejores convenios comerciales y aun así siendo el peor trato entre las esposas trofeos, era mejor que el que podría recibir su hija si lo que se dice de los Lestrange es cierto o si es remotamente parecido a los recién ejecutados hermanos.

Ella temió por su hija, hizo lo imposible para que su esposo lo aplazara, al principio lo “engaño” diciéndole que si podría intentar sacarle ventaja a Lord Lestrange, eso funcionó un tiempo, hasta que su esposo saco ideas sobre como lograr esto y no supo que más hacer, así que le rogo a su esposo que no entregara a su hija, fue una decisión difícil cuando el le dio su opción.

Retendría a su hija, siempre que ella pudiera entregarle beneficios con sus “amigos”, lo que era básicamente prostituirla, a cambio de la libertad de su hija, fue una dura, pero no difícil decisión, acepto.

Potter otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora