No paro de dar vueltas por el salón con Zac intentando tranquilizarme, después de que Kenner me dijera lo que había pasado sólo quiero encontrar a la persona que le dio eso y usarla como saco de boxeo durante semanas.
- ¿Quieres tranquilizarte un momento?
Estando así no vamos a conseguir nada.
- Te juro que como le encuentre le mato, a quién se le ocurre ir echando mierdas en las botellas joder.
- Tengo tantas ganas de saber quién lo hizo como tú, por eso mismo hay que tranquilizarse y pensar un momento, ¿ok?
- Sí… - respiro – Kenner va a venir ahora también.
- Genial, mientras no llega, siéntate y relájate Dareck.
Asiento e intento tranquilizarme.
Zac se ve más tranquilo, aunque seguramente también esté pensando un montón de cosas. Él y Jess no se conocen, pero el simple hecho de que alguien eche algo en la bebida de una persona para conseguir no sé el que ya le pone de muy mal humor, aunque lo disimule bien, tiene las mismas ganas de Kenner y yo en encontrar a ese sujeto y jugar al fútbol con sus pelotas.
Una hora después ya estaba más tranquilo, y Kenner ya había llegado así que estábamos haciendo llamadas para poder localizar a Jess.
- ¡¿Enserio?! – nos quedamos mirando a Kener - Sí, gracias – cuelga.
- ¿Qué te dijo? ¿Quién era? – pregunta Zac.
- Me dijeron que la vieron en el callejón de las carreras con unos tipos, es de confianza tranquilos.
- Entonces no hay tiempo que perder vamos.
En el camino no puedo dejar de pensar en todo lo que esos tipos le pudieron hacer a Jess, sólo de imaginarlo me hierve la sangre y se me hace imposible no apretar los puños.
Treinta minutos después andando a paso rápido llegamos al callejón y la buscamos. Es de noche y no se ve nada bien, cosa que me empieza a preocupar.
- ¡¡¡Jess!!! – suelto el grito al ver una figura en el suelo.
Me acerco lo más rápido posible, Zac y Kenner me siguen.
Cuando llego a su lado la miro, está totalmente desnuda, temblando, mojada, llena de polvo y con unas cuántas heridas y moratones.
Le pondo mi sudadera y mi chaqueta para intentar que entre en calor, me siento y luego con cuidado la cojo para que no tenga contacto con el suelo.
En el momento en el que la atraigo a mí se agarra a mi camiseta con la fuerza que le queda.
- Llamad a una ambulancia, rápido – Zac se apresura y llama dando todas las indicaciones del lugar y del estado de Jess.
- Ya vienen.
Kenner suspira y nos da las gracias repetidas veces mientras le caen lágrimas, seguramente se esperaba lo peor y haberla encontrado supuso un alivio en parte.
- Da-Dareck – lo dice en un hilo de voz, pero la escucho.
- Tranquila, ya estamos aquí.
- Yo, yo sólo quería… divertirme… un poco – se me cae una lágrima.
- Lo sé, lo sé, no pasa nada, está bien.
Quince minutos después llega la ambulancia y vamos al hospital.
Mientras la tratan nos quedamos en la sala de espera, un poco más tranquilos al saber que está segura.
No puedo quedarme quieto.
- Llamadme cuando dejen pasar a las visitas – digo y me levanto cogiendo la chaqueta.
- ¿A dónde vas? ¡Dareck! – pregunta Zac.
- Tengo que hacer una cosa, avisadme y ya.
Salgo a paso rápido, tengo tanta ira dentro que no veo a nadie, sólo puedo pensar en descargarlo todo contra los que le hicieron eso, y me hago una idea de quienes fueron.
Los mismos que mataron a Claudia.
Cuando llego al lugar, los busco por todos lados, cinco minutos después veo a los tres apoyados en un coche bebiendo y fumando.
Sin pensarlo voy directo hacia ellos.
- ¡Anda! Pero si es nuestro gran amigo Dareck, ¿qué quieres ahora? – suelta Hugo, el “líder”.
- Jessa Griffin – había escuchado su apellido cuando Kenner le daba los datos a la enfermera.
- Mmmmm… sí… me puede sonar – hace como que piensa un momento – será una puta barata de esas que hay por...
Le estampo un puñetazo en la mandíbula antes de que acabe la frase, escupe algo de sangre y sonríe.
- No pudiste encerrarme por lo de tu hermana, tampoco vas a poder por esto, no lo intentes – se ríe.
- Lo sé, pero puedo usarte de saco de boxeo, y ellos dos – los miro mientras me quito la chaqueta- no me llegan ni para entrenar.
- Chicos – los otros dos cogen una navaja cada uno y se acercan.
- Tres contra uno y aún encima con navajitas, patético.
Uno intenta lanzarse encima de mi, lo esquivo, le doy un golpe fuerte en la espalda y ya cae al suelo retorciéndose.
El otro intenta hacer lo mismo, suspiro, le doy una patada en el estómago y lo tiro contra el suelo. Demasiado fácil.
Me acerco a Hugo y este sonríe.
- Te dije que no me llegaban ni para entrenar, ahora voy a quitarte esa sonrisa estúpida de la puta cara y luego vas a comerte el puto capó de este coche tan bonito que tienes – me acerco más a él – dejarás de querer tocar a ninguna tía más.
- Es-escucha Dareck, y-yo no sabía que era amiga tuya, por lo de Claudia ya estuve 6 meses ingresado, por-porfavor – tiene miedo.
- Da igual quién sea, entiéndelo – no le dejé seguir hablando.
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Punto y coma
RomanceDesde que perdió a su hermana, Dareck se quedó completamente solo, y los problemas fueron aumentando al igual que su deseo por que se acaben de la peor forma. ¿Aparecerá alguien que pueda ayudarlo? ¿Dejará que entren en su mundo? O la desesperación...