☞︎︎︎ ᪥ ☜︎︎︎

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No recuerda el porqué hay un espejo frente suyo. Según dicen, él mismo pidió que colocarán un espejo en su habitación, pero él no recuerda en que momento hizo tal cosa.

Sus tutores autorizaron la implementación del espejo sabiendo que Guillermo no sería capaz de dañarse a sí mismo con el cristal.

Fue una decisión muy difícil para la autoridad de aquel psiquiátrico, mucho papeleo entre medias para que aquel espejo llegará en manos del chico.

Creyeron que fue una decisión que encadenaría algo peligroso, pero terminó siendo todo lo contrario. Desde que aquel objeto de medio cuerpo se encontraba casi a la altura del suelo de su habitación, el pelinegro se encontraba más tranquilo de normal. Se quedaba sentado frente al espejo por horas y horas, o incluso acostado boca abajo con los codos apoyados en el suelo y su barbilla siendo sostenida por su manos mientras movía entretenidamente sus piecitos de arriba a abajo estando en silencio y perdido en su propio reflejo.

Las únicas veces que no estaba frente al espejo era cuando debía dormir o ir al baño, porque también comía mirando su reflejo y cuando tenía permisos de actividad recreativa junto a la total libertad de salir de su habitación, él no salía, porque prefería quedarse a mirarse a sí mismo en el espejo.

Y por más que no recordará el momento en que haya pedido el espejo, ni el momento en que vinieron a instalarla allí, estaba agradecido con su yo del pasado y más aún por la posición en la que decidió pedir que colocarán el espejo, era muy cómodo que estuviera a pocas alturas del suelo.

Por dos semanas estuvo con el mismo comportamiento, impresionando a los que estaban a su cargo por estar tan calmado por solo un espejo, aunque en parte también era efecto de los calmantes y demás medicamentos que le daban para mantenerlo controlado.

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-¿Hola?- Escuchó en un susurro, como si fueran palabras arrastradas por el viento y aun así llegarán con firmeza sobre su oído, pero se oían igual un poco distorsionadas y con leve eco.

Si antes tenía su mirada perdida, ahora aún más, aquella voz lejana pero a la vez tener la sensación de que estuviera a centímetros suyo lo dejó confundido.

Pensó que tal vez los medicamentos no estaban haciendo efecto. Estaba a nada de salir corriendo en dirección a la puerta para llamar la atención de alguien y gritarles que le inyectaran algo, sin embargo ver el espejo empaparse hizo detener cualquier idea por su mente.

"¿Me faltan más de esas drogas o se pasaron con la medicación de hoy?" Se preguntó en sus adentros cuándo dentro del espejo vio un plano blanco y a lo lejos veía una borrosa silueta negra caminar en su dirección, su labio inferior fue retenido entre sus dientes y comenzó a arrastrarse por el suelo.

Cada vez que aquella silueta se acercaba más, él hacía lo contrario y cada vez se distanciaba más del espejo.

Esa reacción alertó un poco a los que le observaban por cámara, ya estaban preparando todo ante cualquier mala reacción del pelinegro, y es que en estas dos semanas nunca mostraba más expresiones que una leve sonrisa.

-No te alejes, pequeño- La voz sonó nuevamente distorsionada y como un susurró a sus espaldas, la silueta comenzó a correr para alcanzar a Guillermo y este se asustó más, arrastrándose con más rapidez por el suelo hasta chocar contra la otra pared de la habitación, dos guardias y un cuidador ya se encontraban posicionados fuera de la habitación esperando cualquier orden desde la sala de cámaras para invadir la habitación.

La sombra aquella no constaba con que había una barrera invisible y se estampó con ella soltando un leve quejido. Guillermo luego de quedarse unos segundos en silencio se rió del accidente y comenzó a gatear lentamente en dirección al espejo.

-¿Estás bien?- Murmuró luego de quedarse quieto a pocos metros del espejo, no quería acercarse tanto para poder tener la oportunidad de volver hacía atrás más rápido, pero quería saber si estaba bien aquella persona que ahora estaba sujetando su rostro con sus manos luego de caer de culo al suelo.

-Eso creo- Susurró provocando un escalofrío a Guillermo, sentía una parte de su cuello frío y en su estómago sintió una mano caliente acariciarle por debajo de su camiseta.

"¿Voy de mal en peor?" Pasó por su cabeza y volteó a ver la cámara que se encontraba en la parte superior de la habitación "No han venido, ¿Saben que estoy alucinando?" Su concentración en aquel aparato se fue cuando escuchó un golpeteo distorsionado que se escuchaba cómo cristal.

-¿Qué haces?- Preguntó confundido Guillermo, sin embargo sus labios no se movieron, la cámara solo captó como este alzaba una ceja-¿Golpear?- Contestó con diversión la silueta.

-Te prometo que volveré- La voz se rompió, apenas logró entenderlo ya que sonó muy distorsionado.

La silueta colocó su mano sobre la barrera invisible y se desintegró, el plano blanco comenzó a evaporarse dejándole ver nuevamente su reflejo.

Se relamió los labios con duda y nuevamente dirigió su mirada a la cámara.

"¿Me quieren hacer enloquecer más? Ustedes hicieron algo a este espejo ¡Me cambiaron la medicación!" Internamente estaba muy furioso, teorías absurdas pasaban por aquella parte de su mente que estaba "consciente", ¿Por qué había un hombre en su espejo?

Volteó a ver al espejo encontrándose solo con su reflejo, miró a la cámara, hizo la forma de una pistola con sus dedos e hizo el movimiento de como si se estuviera disparando en la cabeza. Ya conocían aquella señal de auxilio del pelinegro, el cuidador no tardó en entrar con los dos guardias y llevaron a Guillermo a darle un baño fresco antes de medicarlo para dormir.

Don't kill me, just help me run away from everyone
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No me mates, solo ayúdame a huir de todos

Tocame | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora