Capitulo 52 -El trato con mi papá-

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Mamá había hecho una rica sopa de verduras y comí bastante, porque extrañaba su sazón y porque era sopa de verduras y realmente la amaba, aunque mis hermanos la odiaran. después de comer nos pusimos a ver películas en la sala, cómo siempre hubo peleas porque ellos querían ver pelis de terror y mamá y yo no, nos aterraba ver esas cosas espantosas. Al final pusimos una de romance, mala idea, me hallé llorando como Magdalena a medio morir mientras mis hermanos y mamá me veían raro.

—Creo que la dejó Damon —dijo Jordi en broma pero lo que no sabía era que era verdad, así lloré aún más cuando mencionó su nombre, Darién se percató y le metió un empujón a Jordi.

—¿Quién es Damon? —inquirió mamá confundida.

—Damon es su novio —le informó Mathias.

—Pero al parecer Damon ahora es su ex —volvió a decir jordi.

¿Podrían dejar de mencionarlo? Está gente no entiende de un dolor amoroso, hubiera aceptado ver la película de terror y así no hubiera terminado llorando frente a ellos.

—Él ya no es mi novio —logré decir, calmando mi llanto dramático, todos se acomodaron en sus lugares, sí, eran unos chismosos.

—Pues cuenta hija, ¿Qué pasó? —inquirió mamá atenta, suspiré hondo, volvería a contar la historia que me quemaba por dentro.

—Tal vez ella no quiere hablar de eso, ahora...

—Está bien, les contaré —interrumpí a Darién, me acomode y tomé mi helado— pues... Verán que...


Y nuevamente narré absolutamente todo, inclusive que Garret había vuelto, también que mi problema alimenticio había vuelto, les conté todo lo bueno que tuve allá y luego lo malo, ellos atentos no me interrumpieron en ningún lado hasta acabar, sabía que estaban enojados por lo de Garret pero aún así esperaron a que terminara de hablar. Al final, mamá era un mar de lágrimas juntos con los mellizos y al igual que yo.

—Te juro que si el imbécil ese vuelve a hacerte algo lo mataré con mis propias manos —indicó furioso Santiago.

—¡¿Cómo es posible que no nos dijeras nada?! —bramó Darién, di un pequeño respingo, mordí mi labio un tanto nerviosa.

—Con tantos problemas lo olvidé, disculpen —susurré sintiéndome mal.

—¡Por eso mismo, con tantos problemas y no nos dijiste nada! ¿Qué pasó, Sue? Tú confiabas en nosotros... —volvió a bramar Darién, se sentía dolido y lo sabía.

—Sigo confiando en ustedes, es solo que... ¡Realmente me sentía mal! Me sigo sintiendo mal... —desvié mi mirada hacia otro lado, mi mandíbula tembló.

—Ahora no es momento de alterarse, ¿Vale? —mamá intervino— Sue, discúlpame por no haberte llamado, la pasaste mal y no estuve para ti, de verdad me siento mal por ello, de ahora en adelante no te volveré a descuidar, cariño... Lo siento mucho.

Me atrajo a ella en un abrazo, sin embargo, está vez no la abrace yo, no hasta que todos mis hermanos se unieron también, ahí sí no me importó y los abrace fuerte, porque a pesar de todo, había sido mi culpa por no haberles contado antes. Me dijeron que hoy los cinco se quedarían a dormir conmigo para ver maratón de Barbie y no dejarme sola. Recorde a Damon, cuando lo obligue a ver Barbie conmigo y luego cuando él las ponía para mí cuando tenía pesadillas, cuando acariciaba mi cabello hasta dormirme o cuando me contaba sus historias graciosas para que yo pudiese comer sin problemas...

Ya, Sue... No sigas haciéndote daño.

La puerta sonó y todos los separamos a instante, papá entró y se quedó en seco cuando vio el desastre en la sala y más cuando me vió a mí directamente, me tensé y jugueteé con mis manos.

—Buenas noches —dijo con voz dura, despegando su mirada de mí— cariño, ¿Me das la cena? Muero de hambre.

Y sin más subió la escalera sin siquiera decirme un "¿Todo bien?" Mi pecho se oprimió de decepción, ¿Por qué era así? Solté una risa seca y amarga, negando sin poder creerlo, que hombre tan insensible.

—Cariño, dale tiempo, quizá mañana sí...

—No —interrumpí a mamá— quizá mañana nada, no más...

Y sin pensarlo dos veces corrí escalera arriba ignorando el llamado de mis hermanos, sin importar pisotear mi orgullo, solo por ir a hablar con él y dejar las cosas claras, quería y merecía una explicación del porqué él era así conmigo, del porqué no me quería. Llegué a su habitación y la abrí de un portazo, él de espaldas a mí ni se inmutó, continúo quitándose el reloj de la más relajado.

—¿Por qué? —inquirí cerrando la puerta tras mí— ¡dime el por qué no me quieres, dame una buena razón para entender tu maldito comportamiento conmigo! ¡¿Qué hice?!

—Haz silencio, Sue —demandó sin levantar la voz, negué— ¿Por qué dices tantas estupideces?

—¿Crees que son estupideces? ¡Por Dios, papá mírame! —chillé enojada, era la primera vez que le alzaba la voz, era la primera vez que era capaz de soltarle todo— me siento mal, no estoy bien y a ti no te importa, nada más porque no estudio una carrera que a ti te gusta... ¿Por qué no puedes apoyarme en lo que realmente amo? ¿No quieres verme feliz? Si realmente mi quisieras te importara más mi felicidad que una estúpida carrera universitaria, papá.



—Sue, cálmate... —se acercó— iba a hablar contigo, pero no sabía cómo... Sé que no la estás pasando bien, se te nota, es obvio que sí te quiero y de la manera que te quiero también quiero lo mejor para ti, la mejor carrera para ti, ¿Entiendes? —fruncí mi ceño, el apretó su mandíbula en un gesto de "estoy perdiendo mi orgullo"— vamos a hacer algo...

—No voy a cambiarme de carrera, te lo dije...

—Escúchame, Sue... No haré que te cambies de carrera, si eso es lo que realmente te gusta esta bien, pero debes demostrarme que no es un capricho, debes demostrarme que lo que haces vale la pena elogiarlo —su seriedad era abrumante— no estoy de acuerdo que estudies eso, pero si me muestras tus logros en esa carrera entonces la aceptaré, sin embargo, si no veo nada bueno, si veo que eso no te abre buenos caminos entonces deberás dejarla y estudiar lo que te digo, ¿Queda claro?


Mis piernas temblaron, mi corazón bombeó alarmado, mis pensamientos fueron a mil por hora, debatiendo si valía la pena aceptar su tonto juego, y aunque no quiera aceptar, quería demostrarle que la carrera de diseño de moda sí era buena, que sí valía la pena estudiarla y que sí te abría caminos bueno así que, acepté. Al principio pensé que al gritarle todo eso lo haría entrar en razón, que me pediría disculpas por su comportamiento conmigo desde siempre, que me daría un fuerte abrazo y quedaríamos felices... Pero no, me había equivocado y era que podía llegar a ser tan ilusa a veces, ¿Por qué no podía entender fácilmente que debía estudiar lo que me gustaba?


Solo esperaba que de esto no saliera nada malo, esperaba que fuese al próximo desfile y viera el talento que tenía para las telas, realmente quería estar bien con él ya, porque estaba cansada de las discusiones...




Nota

"Capitulo sin corregir"

Briell-✨🖤✨

Briell-✨🖤✨

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El chico del departamento 666 -sin Editar-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora