| Dieciséis

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— ¡Ayo, Listen up!

— Ya basta —se quejaba Mark completamente rojo,— Dios, que molestos son.

Todos se reían, en especial los miembros de Dream, quienes transformaron al canadiense en su blanco para bromas.

Mark sólo bufaba sonriendo; no debió aceptar empezar la canción.

— Hay que admitirlo, esa parte es muy buena —decía Kun, sonriendo.

— Y por eso todo el mundo diga... —invitó Donghyuck, con una sonrisa ladina en su rostro.

— ¡Ayo, Listen up! ¡No matter what they say! ¡No matter what they do!

Gritaron todos al unísono, riendo y haciendo que Mark rodara los ojos.

— Los odio a todos.



Las promociones de Resonance acababan, habían disfrutado ya varias semanas los veintitrés juntos y debían volver a la rutina.

Las fechas se terminaban, el año nuevo se acercaba una vez más y Mark aún tenía una conversación pendiente con Jeno.

Si, había esperado más de tres meses para poder aclarar sus sentimientos y tener una conversación decente sin nadie que rondara a su alrededor.

— Jeno, tenemos que hablar.

— ¿A-ahora?

— Si —Mark vio al menor ponerse nervioso,— Vamos a otra parte, subamos.

— P-pero... —Jeno quedó hablando solo,— Tengo que ayudar con las decoraciones de año nuevo.

Negó sonriendo y le habló a Sungchan para que terminará por él de decorar, este último asintió y Jeno salió corriendo en busca del canadiense.

Subió al ascensor y paciente espero que llegará hasta el último piso, para después subir las escaleras hasta la azotea.

Lo vio sentado casi al borde.

— Te puedes caer de ahí —le recriminó,— ¿Qué quieres hablar?

Mark se movió de donde estaba, ahora sentándose a un lado de Jeno.

Abrió la boca un par de veces sin saber que decir, así que decidió ir al grano de inmediato.

— ¿Qué es lo que sientes?

— ¿Qué? ¿Sobre qué? —lo miró curioso.

— No te hagas el idiota, sabes de lo que habló.

Jeno sonrió y miró hacia la ciudad iluminada, vio el sol empezar a esconderse.

— Si no me dices de qué quieres hablar, no sabré que responder.

— Idiota, tú... —se calló abruptamente y sus mejillas se volvieron rojas,— En mi cumpleaños, t-tú me besaste —susurró.

— Lo sé, quería hacerlo.

Quedaron en silencio, Jeno no se atrevía a mirar al mayor porque sentía que perdería los estribos y saldría huyendo de ahí.

Mientras más tiempo pasaba, más confundido se sentía y le daba miedo aceptar que sentía más que admiración por el canadiense.

— ¿Por qué querías hacerlo? —Mark, aún colorado, quiso seguir preguntando.

— No puedo decirte.

— ¿Por qué?

— Porque... —Jeno por fin quitó su vista del frente y miró al mayor,— si lo hago, ya no podríamos ser más amigos.

Mark jadeó bajo, se sonrojó más (si es que era posible) y desvió su mirada, mordiendo su labio inconscientemente.

— Dios, no hagas eso...

Mark volvió sus ojos al rostro del menor, que había cerrado los ojos fuertemente mientras apretaba sus puños.

— ¿Hacer qué?

— Ser tan... tan tú —Jeno tomó su propia cabeza entre sus manos,— Me voy a volver loco.

Se levantó tratando de buscar aire, pero Mark lo detuvo sosteniendo su mano.

— Jeno, yo...

— A la mierda todo.














maratón 1/2

Líder a Medias | NomarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora