•Capítulo 9•

1.4K 123 13
                                    

—Eh..no-no exactamente, Celeste, aparte de lo de Lisa también me refiero a que...a que no creo que sea un gran padre. —finaliza. Agacha la cabeza. Suspira.

—Oh, ya me habías preocupado. Haber..tú amas a los niños Michael, y a cada uno de ellos los tratas como tus hijos, claro que serás un buen padre para Paris, ya lo veras. Tú no estas solo, tienes a muchas personas que pueden ayudarte..

—Pero no muchas de confianza.

—Bueno si, pero Sami y Delia son de confianza Michael. —hable yo y con al fin, valor levante mi mirada sonriendo. Él levanta la suya. Nuestros ojos se encontraron.

—Tienes razón..pero necesito a alguien mas conmigo. —dice él susurrando sin despegar sus hermosos ojos de los míos.
Lisa. A quien engaño. Él la ama. Él la necesita.

—Ah, Li...

—No, no a Lisa... —acerca su rostro un poco más al mío.

—¿A quien entonces? —susurro perdida en sus ojos.

—Te necesitó...a ti. —corta el espacio que nos separa y junta sus labios con los míos.

Oh-por-Dios.¿Me esta besando? ¿O estoy alucinando? No, definitivamente esto es real.

Posa una mano en mi nuca para profundizar el beso y con la otra entrelaza nuestras manos. Yo poso mi mano desocupada en su suave mejilla. Cerramos los ojos. Él gime en mis labios por el tacto y sonrió entre el beso al saber lo que causo en él. Nuestras bocas se mueven a un compás y nuestras lenguas bailan un vals exquisito por unos segundo. Él muerde mi labio inferior suavemente y yo muero lentamente. No puedo creer lo que esta pasando justo ahora. Siento esas mariposas en mi estómago y aquella electricidad que me recorre el cuerpo. Lo amaba y eso es lo que importa. Nos separamos por falta de aire y ahí empieza el incomodo momento. Un momento que nunca quise haber vivido.

—Celeste pe-perdón fue un...impulso. Por favor perdóname. —dice él nervioso y avergonzado. En ese preciso momento quise morir.

'Un impulso' 'Un impulso'...un impulso. Ahora si quería llora y romper cosas. Este es el peor día de toda mi vida y eso que pensaba que con aquel beso se había convertido en unos de los mejores, ya que el primer mejor día que tuve fue cuando lo conocí, gracias a Liz. Decidí hablar de una vez y tragarme las ganas de llorar en su hermoso rostro.

—No-no pe-pe-perdóname tú a mí. Yo...no te detuve. Solo..olvídalo. —balbuceaba mientras algunas cuantas lágrimas salían sin mi permiso, pero quería llorar. Sin mas nada que decir decidí salir de ahí y encerrarme en mi habitación para desahogar me como hace unas horas. Al levantarme él toma mi brazo y su tacto hace que cierre los ojos, suspiro.

—Celeste...enserio perdón pequeña..no...no quise incomodarte. —me dice él con un tono suave. De arrepentido y mas me duele. ¡Joder! Lo miro aun mis lágrimas.— ¿pero por qué lloras hermosa? —pregunta él limpiando mía lágrimas son sus manos delicadamente y yo suelto más lágrimas.

Cesleste ¡¡Tranquilízate!!

—Por-porque no..no me siento bien. —me alejo de él e intento abrir la puerta para salir y llorar, pero él me detiene con un poco de brusquedad que me hace volver.

—¡Dime! —exige mirándome a los ojos.

—Nada..déjame por favor. —murmuro yo con debilidad.

—Celeste por favor dímelo. —intenta ser amable. Su preocupación es notable que me causa ternura.

—Michael. —susurro débil, otra vez.

—Celeste. —dice él con firmeza.

No tienes excusas Celeste, debes decirle lo que sientes, tal vez así te sentirás mejor. Tienes razón, debo decirle mis sentimientos...pero cuando este lista. 
¡Celeste
!

Mi subconsciencia y yo peleábamos para decidir lo que era correcto, pero ella siempre tenia la razón así que lo haré. Suspire y busque sus ojos.

—¿Quieres saber? ¿Ah? —pregunto con algo de seriedad y firmeza. Él asiente.— porque me duele que ames a otra mujer. Porque me duele que solo me veas como una amiga. Porque me duele guardar mis emociones y sentimientos hacia a ti, todo el tiempo. Porque me duele que no te ayas dado cuenta de mis sentimientos hasta ahora. —él abre los ojos como platos— ¿pero sabes lo que mas me duele? Que pienses que lo de hace unos minutos sea un 'impulso'. —intento imitar su voz.— es todo. Listo, ya lo dije. Buenas noches.

—Hey Celeste ¡Espera! —la toma del brazo algo brusco para que la mire directamente a los ojos— Yo... yo estoy un poco confundido, pero admito que me siento atraído hacia a ti, eres muy hermosa y me gusta como eres, la verdad es que creo que eres la única que puede entenderme a la perfección, la única que me hace sentir diferente, la única en la que pienso día y noche. Eres especial. —junta su frente con la de ella. Celeste sonríe enternecida por lo rápido que lo había dicho, pero ella sabía que estaba siendo sincero.

Michael junta sus labios con los de ella otra vez. Celeste sonríe entre el beso, piensa que todo será diferente desde ese momento, que él la verá de una manera diferente, que él la tratará de una manera diferente.

Al separarse sonrieron, ambos traían una gran sonrisa en sus rostros. Celeste no podía creer que ya se había expresado de tal manera hacia Michael, pero definitivamente le hace feliz saber que él sentía algo por ella, algo que poco a poco se convertirá en algo más grande y que ella lo logrará con sus propios méritos. Decidieron ir a cenar con Liz y Paris, al entrar a la cocina a Liz casi se le salen los ojos, literalmente, al ver la manos entrelazadas entre Michael y Celeste, ambos sonrieron mientras que Paris no entendía nada pero tenía esa sonrisa en su rostro, en su rostro lleno de helado de chocolate. Celeste ríe al verla y se separa de Michael, agarra una servilleta y empieza a limpiar su boca.

—Paris, estás llena de chocolate. —dice Celeste mientras suelta pequeñas risitas al igual que Michael, Liz tría una sonrisa de oreja a oreja y de vez en cuando le lanzaba miradas a Michael, él solo sonreía ampliamente.

—Lo siento, es que está delicioso ¿verdad Liz? —pregunta ella con su rostro ya limpio. Liz asiente enternecida y muy feliz.

—Paris, ¿me supongo que primero comiste la comida antes que el helado como postre, no? —pregunta Michael cruzado de brazos ya sentado en la pequeña mesa de la cocina, Celeste estaba al lado, Liz al frente de Celeste y Paris al otro lado de Celeste.

—Mm... no. —baja su mirada.

—¿Por qué?

—Por...

—Porque yo le di el helado, a parte no le iba a dar de comer comida que tiene picante. —responde Liz.

—Está bien, tienes razón. —mira a Celeste quien le regala una sonrisa, él se la devuelto y posa su mano encima de la suya.

—Mañana ustedes... —Liz se calla, aún no le había hablado sobre el plan que tenía a Michael.

—¿Mañana nosotros qué, Liz? —pregunta Celeste obviamente confundida, al igual que Michael.

—Nada, ni siquiera se lo que digo. —ambos la miran pero no dicen nada, solo asienten.

La cena acabó, y Paris empieza a tener sueño, Liz dice que la llevará a su habitación. La pequeña se despide de cada uno con un beso en la mejilla con un tierno abrazo al que ahora es su padre, y a la que puede llegar a ser más que su amiga. Empieza a retirarse mientras Liz la tenía entre sus brazos. Celeste y Michael se quedaron solos.

—Es muy... —Michael la interrumpe con un beso, tal parece que se volvió adicto a ellos desde la primera vez que los probó hace unas horas. El beso tornarse más intenso y pasional. Michael la sentó en el mueble de la cocina aún entre el beso, ella tenía sus brazos alrededor de su cuello y él sus manos en la cintura de ellas. Ambos disfrutaban del momento y estuvieron así unos minutos.

—Perdón interrumpir primores pero existe habitaciones.

(...)

Disfruten♥ ( 12 votos + 5 comentarios )

XOXOXO.

Adoptada por Michael Jackson o... → m.jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora