Desepcion:(

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Me apego a su cuerpo, me tomo en brazos, camino un poco y me sentó en la mesa. Me beso otra vez, luego lamió mis labios y metió su lengua, repito, besa terrible rico este weon, hace movimientos circulares con su lengua dentro de mi boca, se me eriza la piel al sentir sus besos tan ricos.

Puso sus codos en la mesa, al lado de mis piernas y me empujó un poco hacia atrás, quedando apoyado con sus brazos, en ningún momento cortó el beso.

Subió una de sus rodillas a la mesa, y se impulsó hacia mi quedando más alto, tome sus mejillas y profundice más el beso, de repente me empujó hacia atrás quedando completamente recostado en la mesa, bajo sus besos desde mi boca hasta mi barbilla, luego mi cuello fue atacado, dejando pequeños besos, después del tercer beso, lamió lentamente, mi cuello siempre fue una de mis partes más erógenas, me dio un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo, y se me escaparon unos cuantos gemidos.

Siguió bajando, hasta llegar a mi torso, lamió y mordió muchas partes de él, luego volvió a subir, pero esta vez mas tortuosamente lento, con besos pequeños y lamidas largas.

Necesitaba más de él, quería sentirlo más, así que me levante, empujándolo, lo tome de la mano, tome toda la ropa tirada en el piso y lo lleve su cuarto, subimos las escaleras con torpeza, pues el Edgar tubo la gran idea de agarrarme a besos en plena subida y más encima con toda la ropa que se me iba cayendo por el camino, iba recogiendo como weon toda la ropa por las escaleras.

Cuando llegamos, cerré la puerta con pestillo, y las ventanas, estaba más o menos oscurito, ya se estaba haciendo de noche.

Lo tome de los hombros y lo empuje hacia la silla de su escritorio, me senté en sus piernas, lo mire con cara de deseo y me lamí los labios, la cara de aweonao del Edgar era impresionante, se podía notar a kilómetros lo caliente que estaba, esta es mi oportunidad para jugar con él.

Yelo: Sabes que, ya no quiero seguir con esto.

Me pare de sus piernas y me di la vuelta, fui a buscar mi ropa, solo quería ver como reaccionaba.
Lo mire de reojo, se estaba levantando de la silla, estaba serio y rojo.

Edgar: Lo siento, pero no puedo parar ahora.
Yelo: S-solo era una broma.

Con una mano me tomo de la cintura y con la otra agarro fuertemente mi muñeca, apegándome a la puerta, se acercó lentamente a mi oído y me dijo
Edgar: Ya no puedo esperar más.

Me tiro a la cama y me beso por todos lados, estuvimos unos minutos así hasta que la puerta de abajo sonó que se habría.

Nos miramos más asustados que la cresta, nos vestimos terrible rápido, que suerte que se me ocurriera traer la ropa, osino nos pillan y hay cagamos.

Escuche a la mama del Edgar decir -Edgarito! Volví, se me habían quedado unas cositas, pero ya las encontré, por cierto, el manu ya está aquí?-.

Edgar: Si mamita, ya llego hace rato.
Yelo: Si tia! Estamos arriba

Cuando la mama del Eddie se fue al fin, nos quedamos mirando, estábamos pálidos, me pare y fui a buscar mi bolso, para sacar los juegos que traje, y así distraernos un rato, tenía le just dance para practicar pasos de baile, y así estuvimos algunos días, elegimos una canción cualquiera para bailarla en la clase, me daba vergüenza algunas partes, porque el Edgar se rozaba mucho contra mí, demasiado para ser exactos, y al final de todo, su cara estaba a centímetros de la mía.

Clases de baile con el tío Eddie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora