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8 A.M
La alarma molesta sonaba como si fuera el último día de este planeta azul. El dueño de esa bendita alarma recién despierto la calló como pudo, y se sentó en su cama intentando despertarse.

Aquí tenemos a Aquino, un chico de 18 años castaño y de ojos miel. Era mudo, y eso realmente le molestaba.

"¿Por qué no puedo ser normal cómo los demás?" Pensaba todos las noches antes de dormirse.

Al menos tenía un compañero de piso y mejor amigo, así que tenía un peso sacado del hombro, ya que su mayor debilidad era no tener a nadie para compartir momentos con el.

Aquino se levantó de la cama como pudo, medio mareado. Se puso sus pantuflas negras y se fué rumbo a la habitación de su amigo para despertarlo, como todas las mañanas.

Abrió despacio la puerta, porque el no era de esos mejores amigos que despertaban con brusquedad a sus amigos. No, el era un chico tranquilo y dulce, aunque aveces se pone demasiado alegre hasta el punto de querer abrazar algo fuertemente. Tierno, verdad?

Se acercó a la cama de su contrario y lo sacudió de un lado a otro suavemente para despertarlo, lo cual funcionó.

Aunque el chico al principió se asustó un poco, pero después se dió cuenta de que era su compañero de piso para después sonreirle dulcemente.

Aquí tenemos a Duxo, un chico de 22
años de pelo negro como el cielo de la noche y ojos lilas como el amatista. Como dije, es mejor amigo y compañero de piso de Aquino.

A comparación del anterior mencionado, era un chico con demasiadas energías y que casi siempre está con una sonrisa en la cara.

Duxo se sentó en su cama y miró a su contrario.

-Buenos días Aquino, cómo dormiste? Dormiste bien?.

Aquino no podía articular palabras así que solo respondió asintiendo con su expresión tranquila de casi siempre.

-Me alegro.

El ojilila vió que su amigo estaba buscando algo, así que supuso que era.

-¿Buscas un cuaderno y un lápiz verdad?

El ojimiel asintió.

-Espera, yo tengo eso guardado, deja lo busco. -se levanto para después sonreirle y acariciarle la cabeza a su contrario y fué a buscar lo que el castaño quería.

Aquino no se sorprendió mucho con su gesto, ya que ya estaba acostumbrado y sabía que esa era su manera de demostrar cariño.

Duxo abrió un cajón y sacó un cuaderno para después sacar un lápiz de un tarro que tenía en su escritorio. Fué con el ojimiel y le entregó las cosas.

Su contrario agradeció haciendo una pequeña reverencia y abrió el cuaderno para escribir lo que le quería decir. Para el era más facil escribir que hacer lengüaje de señas porque veía eso muy complicado. Aquino después de terminar de escribir dió vuelta el cuaderno para que su amigo leyera lo que quería decir.

"¿Quieres que yo haga el desayuno esta vez?"

Duxo solo movió la cabeza de un lado a otro.

-Agradezco tu ayuda amigo, pero no te preocupes, yo lo hago como siempre. Pero lo que puedes hacer si quieres es ayudarme un poco.

El más bajo se emocionó con su respuesta y lo abrazó felizmente.

*~'''Carteles De Amor'''~* (Duxino) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora