Las semanas pasaron volando al igual que los meses, Milie al salir del internado fue en busca de su amado William, lastimosamente fue muy tarde... William ya se había ido al servicio militar y ella aún no se ha podido despedir bien de su amado, con sus ojos llenos de lágrimas y pequeñas pataletas se fue de vuelta a su hogar donde la esperaban con ansias su familia.
Inspirada su lápiz se deslizaba por el pequeño trozo de papel, palabra porpalabra dejaba plasmada como si de un lienzo se tratase, su vela la acompañaba en cada travesía para poder escribirle las cartas a la persona la cual su amor era totalmente rechazado por su familia. A las afueras de su habitación solo se podían escuchar pequeños grillos escandalosos que hacían esa noche más relajante para aquella chica, sus ojos empezaban a volver pesados y poco a poco pequeños suspiros se escapaban de sus labios, dejó su libreta de un lado y se tendió sobre una inmensa frasada mientras cerró sus ojos lentamente.