capítulo 6.ii

91 11 0
                                    

"Te amo"

—¿Por qué te pidió que lo trajeras?.—
Bobby rió fuertemente.

— Imbecil. Tuve que traerlo por qué quería solucionar el problema que tuviste con Alfa Romeo. Por su supuesta "culpa".— Brown hizo unas comillas con sus dedos en la últimas palabras. Johnny se sentía horrible por que había pensado durante todos estos días que Daniel ya no lo amaba y había vuelto con Brown solo para atormentarlo.

— Sabes que John, si estás tan obsesionado con Daniel LaRusso, ¿por qué no te casas con el?.— Johnny se alejó para buscar un taxi. Pero antes le preguntó a su ex amigo en que hotel se estaba hospedando el moreno.

Dios, había sido un imbecil, un idiota, un tonto, había sido todas esas cosas durante estos días. Claramente tomaría el consejo de Bobby (por primera y última vez en la vida), se casaría con el pelinegro y tendrían muchos bebés. Le había dado mucho miedo que le volviera a pasar lo mismo que con su ex marido pero dentro de su corazón sabía que Daniel era el amor de su vida, su media naranja, su persona destinada.

Entró al hotel rápidamente preguntando por Daniel LaRusso y como fue de esperar, le preguntaron muchas cosas y no le dieron el número de la habitación de su amado. Johnny estaba tan desesperado que era capaz de empezar a tocar puerta por puerta hasta lograr encontrarlo.

Pero la tarea se le hizo mucho más fácil cuando vio al su bello pelinegro mascando un pastel con chocolate. Se fue de la recepción y entro lentamente en el salón. Sus manos sudaban, las piernas le tiritaban y relamía sus labios constantemente. Daniel seguía ensimismado tratando de leer un periódico cuando sintió como alguien movía una de la sillas que se encontraba frente suyo. Bajó el diario de su espectro visible y empezó a espetar.

— Scusa!, questo tavolo è...occupato. ¿Johnny...?-- El rubio se acomodó en la silla y le sonrió fuertemente, Daniel había visto esa sonrisa solo una vez desde que había conocido a Lawrence. Y fue cuando le había dicho que existía una posibilidad de que estuviese embarazado.

—Hola, Daniel.— LaRusso estaba en shock, no entendía lo que pasaba, quizás le habían dado la noticia de la reincorporación de Alfa Romeo a la consecionaria mientras venia a hablar con ellos a Italia.

—¿Johnny?, ¿que haces aqui?.

—Vine, vine a buscarte Daniel.

—¿A buscarme?.

—Si, a eso.— respiró fuertemente y trató de calmarse para empezar a hablar.—Me di cuenta que no puedo estar sin ti, te extrañaba mucho, fui un idiota por haberte culpado por mis problemas en la concesionaria, por alejarme de ti cuando más me necesitabas, por todo. Muy tarde me di cuenta que no puedo vivir sin ti, porque,...porque te amo demasiado Daniel.— El moreno sonrió fuertemente mientras salía de su silla para abrazar al rubio, había pensado durante toda la semana que Lawrence ya no lo amaba, no había recibido ninguna llamada ni algún mensaje en todo el viaje y ya se había dado por vencido.

—Yo también te amo Johnny.— Ambos se fundieron en un largo abrazo y un fuerte beso lleno de amor y ternura y el ojiazul empezaba a hincarse para pedirle matrimonio de una vez. Hasta que Daniel empezó a hablar.

— Ya no te joderé con el tema del matrimonio te lo aseguro amor, no te preocupes. Yo también fui muy pesado con todo ese tema...— Daniel hizo un pequeño puchero y Johnny se alejó del menor mirándolo con extrañeza.— ¿Qué pasó ahora John?, ¿estás bien?. No me jodas, ¿me ibas a pedir eso ahora?.— Johnny se levantó del suelo y se rascó la cabeza.

— Yo, yo no dije nada, yo, si, quiero. No se que fue lo que dije, ¿tú si?.— Johnny seguía serio. —Amor, por favor no me hagas esto de nuevo, yo, no dije nada.— Daniel lo abrazaba para no dejarlo ir.

— De igual manera te voy a pedir matrimonio, pero aquí no es muy romántico... y, me estás ahogando cariño.— Daniel por fin lo soltó mirándolo con una sonrisa y se volvieron a besar.

— No quieres casarte conmigo por obligación, ¿cierto?, es que de verdad fui muy pesado.— el ojiazul le sonrió con ternura.

— Tenía miedo Daniel, con mi ex duramos poco tiempo de novios y nos casamos. Fue la peor decisión que tomé en mi vida. Y tenía miedo, miedo por el vínculo que tenemos con Bobby, miedo por no ser tan increíble para ti. Pero te amo, y eso más fuerte que el miedo de fallar contigo.

— Amor, ¿como supiste que estaba en Italia?.

— Digamos que al otro día de nuestra pelea te fui a buscar, abrí el apartamento para darte una sorpresa, pero al final me la diste tú con esa nota que le dejaste a Jessica. Me sentí mal al leer que te irías con Bobby, no solo por los celos. Sino por la historia que tengo con Brown, pensé que habías vuelto con él a pesar de todo lo que te he dicho.— Daniel le sonrió y agarró el rostro del rubio entre sus manos.

— Nunca te dejaría por nadie Johnny, te amo mucho. Y, además...— Daniel se acercó al oído de Lawrence.— Nadie podría darme el increíble sexo que tú me das.— Johnny sintió cómo sus latidos empezaban a acelerarse y sus mejillas enrojecieron.

Daniel tomó una de las manos de Lawrence y se fueron a la habitación del hotel. El moreno no era mucho de tomar la iniciativa para estas cosas pero dicen que el sexo de reconciliación es el mejor, ¿no?. Y más si luego de un año de espera, ya no seguiría siendo el señor LaRusso, sino que sería el flamante señor Lawrence.

Ambos se adentraron a la habitación del hotel y Daniel esta vez tomó el control, amaba que Johnny siempre lo tuviera, pero de alguna manera debía disculparse de haberle hecho pensar las peores cosas a su novio mientras se encontraba en Italia.

— Mhm, Daniel...— El moreno disfrutaba besándole el cuello hasta que se acordó de algo importante, su motivo de ida a Milán y la respuesta beneficiosa para el rubio que jadeaba de placer.

— Amor, hable con los de Alfa Romeo.— Johnny gruño al no sentir los labios del pelinegro en su cuello. —Me dijeron que tú concesionaria tendrá negocios con ellos de nuevo, así que no te preocupes, ya está todo arreglado. Nunca más hablaré mal con tus amigos para que esto no vuelva a pasar, ¿si?.— El ojiazul escuchaba a medias a su novio, la excitación lo estaba consumiendo a tal grado de que ni siquiera podía escuchar bien.

— Si, si, increíble. Ahora cogeme.— Daniel lo miró confundido, nunca había visto al rubio de esa manera, a tal punto de que solo rozar sus manos le generaban pequeños gemidos. LaRusso se separó, era cierto que había echo cosas malas con su novio entre ellas Alfa Romeo y su obsesión con el matrimonio. Pero lo peor lo había dicho Johnny, con su "Gracias a dios no quedaste embarazado". Así que quizo hacerlo sufrir un poco.

—Así que viniste aquí solo para seguir reclamando lo que es tuyo, ¿cierto?.— El rubio lo miraba exaltado.

— Dios, si, tú eres mío.— Johnny quizo acercarse más a Daniel pero el dio un paso atrás.

— O sea, ¿viniste solo por celos?.

— No, vine por que tú eres mío. Nunca podré dejarte. Quiero casarme contigo y que tengas a mis hijos en tu vientre, por que así ya todos sabrán que tú eres de mi propiedad. Estarás enlazado a mi por toda la vida.— Johnny podía sonar muy psicopata en todo lo dicho pero a Daniel le encantaba sentirse propiedad del rubio.

— Entonces ponme en cuatro.— Johnny sonrió de manera maquiavélica y se lanzó hacia su pelinegro novio.

daniel larusso diary's //lawrussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora