Perdón

3 0 0
                                    

Es tan confuso.

Lo pienso, lo pienso y lo sigo pensando.

Pero no entiendo.

Cada vez que creo encontrar una respuesta surge una nueva contradicción.

Hoy encontré una respuesta nueva, y la voy a escribir, porque eso es lo que hago, documento.

¿Cuándo es aceptable perdonar? ¿Por qué a dos personas que cometieron el mismo crimen no se les da el mismo castigo? ¿Si una persona se arrepiente totalmente de lo que hizo, es justo castigarla para toda la vida?

Eso último lo tengo claro, no.

Pero, ¿Cómo sabemos si una persona se arrepiente? ¿Cómo sabemos si no lo va a volver a hacer?

¿Cómo me protejo de los demás mientras cuido a los demás?

Si lo perdono, me arriesgo a que me lastime, a que lastime a otros. Si no lo perdono, me arriesgo a lastimarle.

Entonces, ¿Cómo lo hacemos?

Es más fácil que ante la duda todos sean castigados, la persona que lastima una vez puede hacerlo de nuevo.

Pero el camino más fácil no siempre es el mejor.

La persona que se arrepiente de corazón debería poder seguir, como todo el resto. Porque aunque no cometamos todos el mismo crimen, todos cometimos un crimen alguna vez, y no lo pagamos toda la vida, o tal vez sí.

Y, hoy encontré una respuesta.

No puedo controlar a los demás, cada una elige si perdonar o no, y vivimos en un lugar donde se cree que el castigo es fundamental, que la venganza es necesaria y que las personas no pueden arrepentirse. Lo bueno ya no existe.

Entonces, llegue yo a la conclusión de que yo tengo que ser lo bueno que quiero ver. Yo tengo que perdonar. Yo. Nadie más. Porque yo soy la que se para frente al peligro de volver a sufrir el mismo crimen, son las consecuencias de mis actos.

Llegue a la conclusión de que hay que ser la boluda que perdona y perdona y perdona. Porque si fuera de otra forma tendría que aceptar que todos son una mierda, y eso no es cierto. Lo bueno existe.

Entonces voy a abrazar al dolor, voy a ser la boluda. Porque de las mil veces que me caguen, la mil y una vez, va a ser la vez que alguien si se merecía el perdón. Y va a valer todo el dolor que aguantamos.

Saque otra conclusión también.

¿Qué aprende el criminal de un grupo de personas que le cierra la puerta?

¿Por qué pensamos que castigando vamos a lograr que alguien escuche?

¿Quién aprende de alguien que no quiere enseñarle?

CuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora