CHICA MALA [Adrien Agreste y _____]

『』A plena luz『』

La peli(c/p) estaba caminando con paso lento en compañía de su amiga; como se lo dijo, había acompañado a Chloé de compras. Todo el día estuvieron caminando de un lugar a otro y, mientras la rubia iba emocionada, la otra trataba de mostrar un gesto ameno.

Ya cuando cayó el ocaso yacían en un café, para poder descansar después de haber trajinado todo el día y finalmente ambas se despidieron.

—Entonces nos vemos el lunes —la ojiazul se metió a su automóvil—. ¡Y no olvides traerlo!

—De acuerdo —rodó los ojos—. ¡Gracias por el detalle, Bourgeois!

Ya ninguna dijo nada y la rubia se terminó yendo una vez que su chofer terminó de acomodar sus cosas en la maletera del auto. Apenas la perdió de vista, _____ sacó el objeto que yacía en su bolsillo.

—¿Ponerme esto yo? —se preguntó a sí misma—. ¡Qué tontería! —era un broche color plateado que la rubia le había regalado en agradecimiento por haber ido con ella.

Sin embargo, aunque no le gustaran ese tipo de adornos, no iba a negar que muy pocas veces se veía que su amiga tuviera ese tipo de detalles; sin duda alguna, nadie más que la oji(c/o) y Sabrina conocían a la verdadera Chloé.

Sonrió ya sin decir nada.

—¿No me diga que volvió robar? —una voz la alertó y la hizo salir de sus pensamientos—. ¡Oh, Madame mía! —cuando alzó la mirada, vio a aquel mismo superhéroe de la anterior vez.

—¿Qué haces aquí? —preguntó extrañada—. ¿Me acosas?

Resopló. No era que le desagradara ni nada, simplemente que recordó como por culpa suya, quedó en vergüenza, no sólo con sus amigos, sino con aquel modelo al momento de confundirlos a ambos...

| • Los ojos verdes de aquel modelo se abrieron con una sorpresa indescriptible. ¿Chico gato? ¿Lo había reconocido? ¿Cómo?

—¿Chico gato? —Bárbara ladeó la cabeza.

—¡Demonios! —_____ apretó los ojos con fuerza—. ¡Odio a ese gato! Lo lamento, rubio, te he confundido —resopló.

Ella sabía perfectamente que Chat Noir era la única persona que sabía lo del robo y que podía abrir la boca. Temía que la metiera en problemas y, para sus males, era uno de los dos superhéroes de Paris....

A partir de ahí era que de su mente no salía aquel gato negro y qué haría si la delataba. Conforme pasó los días, se lo encontraba hasta en la sopa, ya le hartaba tenerlo en la mente.

Finalmente, si confundió al modelo, era porque tenía ojos verdes y cabello rubio, igual que el otro.

—¿Confundido? —pronunció, calmándose poco a poco—. ¡¿Te has confundido?!

—Lo que pasa es que tiene problemas con ese superhéroe rubio —comentó la de lentes—. No hace más que pensar en él.

—¡No lo digas así! —exclamó la chica—. No es culpa mía que no salga de mi cabeza. ¿Qué quieren que haga? Si ese ridículo gato habla algo sobre el robo, me meteré en más problemas...

—_____... —Eric habló calmado—, tenemos compañía.

La chica abrió los ojos pasmada al darse cuenta que Adrien seguía escuchándolo todo y ahora él también sabía sobre el delito que había cometido la peli(c/p).

Tan sólo lo miró lentamente, mientras el modelo simulaba no haber oído nada, pero al instante fue agarrado por el cuello del alguien.

—Escucha, niño, si dices algo, te irá muy mal, ¡¿oíste?! —Gael frunció el ceño.