Te amo.
O eso creo.
Te amo.
Porque tiene que ser amor.
No es nada menos el tal solo querer dormir para soñarte, el querer despertar para escribirte y el querer que estés entre mis brazos.
Debe ser amor, aunque no te ame como debes ser amado:
Con tus negros y blancos.
Con lo bueno y lo malo.
Con tus altos y bajos.
Con lo físico y en lo mental.
No.
Así no te amo. Sería una farsante si dijera que sí.
Es extraño, tan solo estoy enamorada de tu esencia, de tu personalidad, de tu alma.
De lo que me demuestras y me enseñas.
Entonces, ¿Es esto amor?
No lo sé.
Sólo sé que quedaran esas dos palabras guardadas entre mi pecho y mi garganta, sin salir de mis labios, aunque quiera beber de tu sonrisa, desee acariciar tu alma y anhele conservar para siempre tu gracia.
Te amo.
Aunque no sea de la manera correcta.
Alguien especial y único como tú, merece un admirador en cada sentido y etapa.
Te amo.
Aunque ese admirador no sea yo.
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Tú, mi bicho de amor ©
RomanceSentimientos que se convierten en palabras. Palabras que se transforman en oraciones. Oraciones que se llevan en el alma. Alma mía que se regocija en la tuya.
