— ¿Podemos ir al agua?
— Mike, ya te dije que no puedes, necesitas aprender a nadar
— Por eso quiero ir — el pequeño de ahí soñaba con el mar. — Por favor puede ser como a las terapias que vamos con Susi
Mi madre rompía en llanto cada vez que mencionaba algo así, esperando que no fuera vista siempre durante la noche podía escuchar su llanto hasta quedarme dormido.
Era un niño, no sabía cómo respetar un sentimiento tan duro para ella.
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— ¡Mami!
— ¿Qué pasa cariño? — siempre sonreía cuando me miraba, tal vez eso me hacía pensar que lloraba por nada. Recuerdo haberla visto trabajando duro cada día, intentando aprender japonés con su maestro, Kaito.
— ¿Uh? Hola Kaito
— Hola Mike — obviamente tendría que saber español y aunque no se le daba muy bien podía entenderle.
— Mami...quiero ir al mar
El único deseo que tenía era poder nadar, sentir la arena en mis pies. Siempre me explicaba lo mismo.
— Seguimos en terapia Mike, algún día podrás ir
Las mismas palabras durante dos años. En ese entonces tenía cuatro, dos más eran seis y aún no podía recuperarme. Fuimos a Japón por la tecnología y tratamientos tan buenos que tiene el país pero se volvió mi casa, y mi vida solamente la pasé viendo el mar, como las olas iban y venían.
─ Mike - alargó la última vocal. ─ Te tengo una sorpresa mi niño
─ ¡Voy! ─ desde los tres años usaba silla de ruedas.
─ Muy bien, creo que es momento de que uno de tus sueños se haga realidad
─ ¿Cuál? ─ entusiasmado dije.
─ ¡Al fin iremos al mar!
La alegría que sentí en ese momento no se compara a con nada en lo que yo había vívido.
─ Prepararé las cosas mientras te cuento cómo lo decidí
─ ¿Te dió permiso tu novio?
─ Kaito es mi maestro Mike, aunque ahora que lo mencionas creo que deberías empezar a aprender japonés ─ observé con atención como cortaba sandía en rebanadas. ─ Susi me dijo que podría ser un gran ejercicio para intentar mover esas piernas
─ Pero no las siento siquiera mami, además las paletas que la tía Susi me da al final del entrenamiento me gustan más
─ ¿Entrenamiento?
─ La tía Susi me dijo que es mejor decirle así que terapia - realmente no era mi tía pero verla durante dos años me hizo agarrarle mucho cariño.
─ Entonces será entrenamiento ─ guardaba un cambio de ropa para mi, normalmente de niño siempre usaba pantalones cortos por el calor que en primavera hacía. ─ Ayer... habló tu papá
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Ocaso || Mikemba
FanfictionMiguel es un chico con parálisis y mientras la vida sigue tal y como quiere conoce a Rubén, el cual le ayuda a cumplir su deseo de ver el mar. Ocaso: El ocaso es llamado también atardecer o anochecer. [ Uso de nombres reales] [ Temas poco sensibles]...