Ocaso || Mikemba

O1

— ¡¡Javier!! — así es, Javier amaba verme sufrir.

— ¡Tranquilo Mike, estarás bien! — gritaba detrás de mi mientras corría de bajada por la rampa en la cual estaba deslizándome.

— ¡¡Idiota!! — sentí como la rueda se separaba del piso mientras yo salía volando de la silla.

— ¡Mike! — otras veces me alcanzaba pero está vez no llegó.

Si, me caí de aquella silla y me estampé contra un chico. Me había dolido más el golpe de no ser porque el chico tenía buenos reflejos y aunque se cayó junto conmigo detuvo el impacto un poco.

— Como lo siento — dije.

— No te preocupes, eh tenido peores caídas y escuché los gritos de tu amigo y tuyos — dijo mirando a Javier ya cansado por correr.

— Aún así lo lamentó

— ¿Te ayudo? — ofreció.

— Si no es molestia, por favor — me cargó poniéndome en mi silla de ruedas.

— Lamento mucho eso — Javier alzó la mirada mirando al chico. — ¡¿Rubén?!

— ¡¿Javier?! — gritó tirando me de nuevo de mi silla.

— ¡Joder!

— Pff jajaja — Javier reía, por alguna extraña razón le encantaba verme sufrir.

— ¡¡Perdón!!

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— Que rápido hiciste amigos, a mí me va mal

— Seguro es por tus chistes malos, además de malos, crueles

Rubén, que era su nombre, platicaba con Javi sobre su reencuentro que por lo que estaba escuchando, no se veían desde secundaria
—lo cual no creo que sea mucho— y Javi era quien me llevaba empujando.

— Por cierto, el es Miguel

— Mike para los amigos

— Mucho gusto en conocerte — dijo Rubén.

— El fue el primero con quien hablé, ya sabes cómo es ahora, se burlan por discapacidades y yo insistía en hablarle hasta que nos hicimos oficialmente amigos

— Y me arrepiento de eso

— Ahora que hice — dijo con un tono molesto para mí, tal y como si no supiera lo que hizo.

— Me aventaste de una rampa muy inclinada como si mi silla fuese auto de carreras

Rubén solo miraba nuestra discusión.

— Fue divertido y aunque casi me caigo logré verte caer el los brazos de Rubén lo cual fue muy hetero de tu parte

— No empieces

— Estás así por este joven ¿No? Vamos mi amor, que no te de vergüenza

— ¡Cállate!

Rubén miraba muy confundido toda la situación, al principio peleando y luego tratando como si fuéramos una pareja. Pobre.

— Que gay te volviste Javier

— Fue culpa de Mike, no para de decirme cosas tan homosexuales

— ¡Es porque lo soy! Ahg eres un idiota

— ¿Te gustan los hombres? — la expresión en su cara me dió risa.

— Jajaja pareces un niño pequeño. Si, soy gay, la verdad fue gracias a Javier que pude expresarme como soy